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jueves, 22 de marzo de 2012
Cenas, Censuras y lecturas.
Leía hace unos días una entrada de Jesús Hernández, censurado por Facebook al haberle retirado una foto en la que Hitler, haciendo el saludo nazi, parecía que intentaba parar un taxi.
Le comentaba en su blog con sorna, la idiotez de la multinacional y la ignorancia supina en relación con el tabú que gran parte de la sociedad actual mantiene con todo lo que suene a hitleriano, con su Historia y símbolos. Es como si por no hablar de ello no hubiera existido; una clara evocación a la antigua URSS, donde alguien era purgado, borrado en una foto o eliminado de los libros.
Pues bien este fin de semana pasado me tocó padecer el insulto por el mero hecho de ser aficionado a la Historia. Y es que tener un blog que es encabezado por una foto histórica de Adolfo Hitler supone inmediatamente la calificación de nazi. Por lo visto, tras tremendo pecado, el insultador no está obligado a leer parte de su contenido y está licitado para llegar a la condenatoria conclusión de que uno es un seguidor de la esvástica sin más.
Comenté en una cena entre amigos que compartía un blog sobre la temática referida y que me hallaba en un círculo de personas a los que no conozco personalmente pero que el interés por la Historia nos une y enriquece. Una de las personas me espetó que dudaba si yo era nazi o no, y ni siquera había entrado en el blog.
El público en general, neófito en estos lares, se alimenta de las películas que durante años vieron por la televisión y que con pocas lecturas o ninguna en la mayoría de los casos, hacen que este tema sea un tabú. Por lo visto no es suficiente que habiendo leído docenas y docenas de libros sobre el Tercer Reich y la Segunda Guerra Mundial, haya llegado a la conclusión del horror que supuso el ascenso al poder del Partido Nacionalsocialista y su líder al mando de la maquinaria de guerra alemana. No, no es suficiente, porque parece que con sólo dedicar parte de mi tiempo de lectura e interés a esta temática ya tengo que tener desarrolladas ideas pronazis.
Ahora, mientras que escribo estas líneas, el desagradable suceso se me antoja grotesco, surrealista y casi esperpéntico pero, amigos lectores, os aseguro que en aquel momento mi tensión arterial subió a niveles que rozaron límites incompatibles con la vida. Me acordé inmediatamente de mi admirado Jesús Hernández y su agria experiencia con Facebook, entonces empecé a madurar la idea de que los lectores de Historia tenemos una visión panorámica de la vida, de los hechos pasados y de los que en el futuro no se deben de repetir, y con eso vivimos, permaneciendo en nuestras mentes lo bueno y lo malo del Hombre, la reflexión como punto de partida y el debate en libertad perimetrado por el respeto.
Como expresa el conocido dicho: De perdidos al río, entonces, rematé la noche poniendo en la mesa el hecho de que a pesar de los muertos en la guerra y del terrible Holocausto (que es la marca indeleble y principal promotora del existente tabú para poder mantener una conversación abierta y la que siempre tienes que justificar y casi firmar una declaración jurada que no tienes ninguna filia nazi), el Tercer Reich y la guerra dejó unos beneficios tecnológicos de los que la sociedad actual con gotas de hipocresía y mares de ignorancia se sigue beneficiando (producto común de todas la guerras importantes que el Hombre ha conocido). Este último argumento subió la temperatura del contertulio más camueso para disfrute propio del que suscribe. Por supuesto, misión imposible que entrara en razón el susodicho y ni con palanqueta pude hacer que abriera su mente a unos hechos fehacientes al margen del terror nazi que todos conocemos. La capacidad de abstracción en el comensal referido era nula, así como la posible mejora de sus entendederas a corto plazo, obligándome a la renuncia de tan ardua y estéril tarea.
Quizá si hubiera tenido un blog dedicado, pongamos por ejemplo, a la antigua Roma no hubiese habido piedra de apoyo para poner en duda mis buenas intenciones históricas pero no es así, y me tuvo que atraer otro periodo igualmente regado por la sangre. Y es que el Imperio Romano también tuvo muchas cosas que fueron muy positivas para las sociedades posteriores. Los adelantos tecnológicos y de ingeniería creados por los romanos supuso un avance sustancial al igual que sus leyes, las cuales dieron como resultado parte de los fundamentos del Derecho actual.
En definitiva, que toda esta experiencia me ha hecho reflexionar y quizás avanzar en la comprensión de como un pueblo se dejo subyugar por una ideología nefasta. La estrechez de miras y la negativa a optar por caminos menos agradables pero más libres, impide que las sociedades puedan desarrollarse satisfactoriamente. Recorrer una cómoda autobahn del pensamiento sin salidas, si opción a girar la cabeza y contemplar al margen una senda de un pavimento más irregular pero que permite más libertad para buscar la verdad histórica, nos condena al tabú y por tanto a una sociedad que admite el comportamiento liberticidad y orwelliano.
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11 comentarios:
Si comprendieras la esencia del Nacionalsocialismo, no tendrías de que avergonzarte.
Si te conocieras a ti mismo no serías anónimo.
Saludos desde el sur.
¡Bravo! Sólo añadir que a mí tampoco me entienden cuando me ven interesada en el estudio del nazismo. No consigo que se entienda que a mí no me gustan los nazis sino que busco la respuesta a cómo pudieron partir de tanto bien para llegar a tanto mal.
No le des muchas vueltas Mario. Con el dibujo con el que abres la entrada, lo resumes todo.
Un saludo a todos.
Desengáñate, Mario, siempre seremos sospechosos, debemos vivir con eso...
Comparto, y si llegas a decir que los uniformes de los alemanes eran más bonitos que los de los aliados te queman en la hoguera.
enfermero9, ¡es que eran más bonitos!
Ups, ¿Seré nazi? Tendré que hacérmelo mirar.
Vamos a ver, es que eran trajes by Hugo Boss. Otra cosa son los crímenes que cometian parte de los individuos que vestian esos uniformes.
Saludos desde el sur.
No sé, no sé, Mario. Me confundes. Tienes un aire sospechoso... Tendremos que ir juntos al especialista desnazificador.
Claro Humberto, cuando quieras, pero tiene que ser de la SS (Seguridad Social), jejeje.
Saludos desde el sur.
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