sábado, 27 de noviembre de 2010

La matanza de Katyn

Siguiendo la sugerencia de mi amigo canario Pedroboso, escribo unas líneas sobre un hecho que no ha dejado de perturbar y asombrar al mundo, pasando a la historia como "La matanza de Katyn".

El 19 de setiembre de 1939, el Comisario para Asuntos Internos de la Unión Soviética, Beria, siguiendo órdenes de Stalin, llamó al Consejo del NKVD para prisioneros de guerra, el capitán de la Seguridad del Estado, Pyotrov K. Sopruneko que estableció campos de prisioneros polacos. Los campos fueron Jukhnovo, Yuzhe, Kozelsk, Kizelshchyna, Oranki, Ostashkov, Putyvli, Starobielsk, Vologod y Gryazovets.

Desde el 3 de abril hasta el 19 de mayo fueron asesinados unas 22000 personas de diversos campos. Sólo 395 personas se salvaron de una muerte segura a manos de los rusos. Estas personas fueron trasladadas desde el campo de Yuknov a Gryazovets.

La mayoría de estas personas fueron asesinadas en Smolensko, en el bosque denominado Katyn. Al igual que los asesinatos de Paracuellos, en Madrid, las ejecuciones comenzaban al atardecer y terminaban al amanecer. Unos enormes ventiladores camuflaban el sonido de los disparos de las pistolas Walther. Los indefensos polacos eran conducidos uno a uno por cada equipo de ejecutores hasta el borde de la fosa y disparados en la nuca.

No solo murieron la mayor parte de los mandos militares polacos sino miles de ciudadanos de cualquier profesión u oficio.

La documentación probatoria, con la carta de Beria incluida, fue guardada celosamente en los archivos del PCUS, sin que tuvieran noticia de ella más que los máximos responsables soviéticos. Gorbachov eludió todas las peticiones para su publicación, incluidas la del general Jaruzelski, pero no pudo impedir que la perestroika lanzada por él mismo terminara haciendo luz sobre la matanza.

En 1988, finalmente, Moscú admitió la responsabilidad de su policía de Estado en el crimen, aunque la presentación de las disculpas no se produjo hasta octubre de 1990. El día en que cedió el poder a Borís Yeltsin, en diciembre de 1991, le entregó personalmente la carpeta que contenía la carta de Beria a Stalin, con una indicación: "Temo que puedan surgir complicaciones internacionales. Pero eres tú quien tiene que decidir". En 1992, Yeltsin entregó la documentación al tribunal supremo de la Federación Rusa para que la adjuntara al proceso contra el PCUS como organización criminal, así como al presidente polaco Lech Walesa.

Se conoce casi todo de Katyn. Los nombres de los ejecutores y los responsables, los móviles del crimen y los documentos probatorios. Nadie ha sido acusado y ni siquiera interrogado en Rusia acerca de todo ello. Andrzej Wajda hizo hace tres años un filme estremecedor, que ya se estrenó en España. Pero en la Rusia de Putin, la niebla cubre de nuevo la memoria del estalinismo. No es extraña la inquietud actual de los polacos.

Setenta años después, Rusia reconoce oficialmente que la orden de fusilar a miles de oficiales polacos la primavera de 1940 la dieron las autoridades soviéticas, es decir, el dictador bolchevique Iósif Stalin. La Duma Estatal (Cámara baja del Parlamento ruso) ha aprobado la declaración correspondiente por amplia mayoría y con el voto en contra de solo los comunistas.

El enturbiamiento de los rusos respecto a los sucesos de Katyn tiene su momento más trágico en el 10 de abril de este mismo año 2010, cuando la delegación encabezada por el presidente polaco Lech Kaczyński viajaban hacia Smolensko para conmemorar el setenta aniversario de la matanza de Katyn y su avión se estrellaba, con resultado fatal, en las cercanías del aeropuerto de dicha ciudad.


miércoles, 24 de noviembre de 2010

El aliado enemigo: Josef Stalin

No se desvela un gran secreto si se tilda al estalinismo como una de las peores lacras de la historia del siglo XX. Josef Stalin fue uno de los dictadores más sangrientos y peligrosos que se han paseado por Europa. En una entrevista de la BBC el historiador Lawrence Rees hace una reflexión sobre el trato benévolo que se brindo al líder comunista.

Él tuvo las manos manchadas con la sangre de millones de personas pero Josef Stalin escapó al juicio que la historia le deparó por ejemplo a Adolf Hitler. ¿Por qué el ex líder soviético se salvó de esta condena? Ésta es la opinión del historiador británico Lawrence Rees.
Hace unos meses, durante una visita a una de las universidades británicas más importantes, vi por casualidad un gran póster desplegado en la pared de una de las residencias de estudiantes. Era de Josef Stalin.
Tal vez fuera una referencia irónica a algo. Tal vez simplemente estuviera cubriendo una mancha de humedad en la pared. Pero, en cualquier caso, a nadie parecía llamarle la atención.
Imagínese qué pasaría si en lugar de Stalin allí hubiera una imagen de ese otro terrible tirano del siglo XX, Adolf Hitler. Imagínese la lluvia de protestas.

Todo esto es sintomático de lo siguiente: según el juicio de la historia (o al menos según el juicio del individuo británico común y corriente) Stalin parece haber salido más airoso de lo que merecía, y eso que él fue el responsable de la muerte de millones de personas.
Sus sospechas y su paranoia condenaron a la tortura y a la muerte a muchos individuos totalmente inocentes.
Cualquiera que tenga un conocimiento mínimo sobre Stalin sin duda sabrá de su naturaleza monstruosa.
Pero hay una explicación lógica sobre por qué el líder soviético está considerado todavía como una figura no tan oscura como debiera ser. Y es que todavía vivimos, en cierto modo, a la sombra de la información color de rosa sobre la Unión Soviética (URSS) que los aliados occidentales fabricaron como si de salchichas se tratara durante la segunda guerra mundial.

Propaganda aliada
En Gran Bretaña muchos periódicos estaban decididamente a favor de los esfuerzos soviéticos durante la guerra.
Además, el hecho de que el escritor George Orwell no lograra publicar su fábula Rebelión en la Granja, una brillante sátira sobre el estado soviético, es indicativo de que había entonces poco apetito por equilibrar la información con horrores.

Es más, en Estados Unidos, en la edición de enero de 1943 la revista Time publicó en la portada la imagen de Stalin como "Hombre del año" de 1942.
"1942 fue un año de sangre y fuerza", decía la revista.
"El hombre cuyo nombre significa acero en ruso, cuyas escasas palabras en inglés incluyen la expresión estadounidense "tough guy" (chico duro) fue el hombre de 1942... Los métodos de Stalin fueron duros, pero valieron la pena".

En otro artículo aún más positivo sobre Stalin, publicado en la revista Life en marzo de 1943, se describía a la Unión Soviética como una nación "casi igual que Estados Unidos", con gente que "parece estadounidense, se viste como los estadounidenses y piensa como los estadounidenses".
Además, en él se calificaba a la tristemente célebre policía secreta de Stalin, la NKVD (predecesora de la KGB), como "una policía nacional similar al FBI".

"Una mentira conveniente"
Pero el premio al más grande lavado de cara de Stalin se lo lleva la película de 1943 "Misión a Moscú", de los Warner Brothers, basada en un libro escrito por Joseph Davies, un ex embajador estadounidenses en la URSS.


Tanto en el libro como en la película, se presenta a Stalin como una figura paternal para la Unión Soviética, un hombre gigante responsable de proyectos enormes de industrialización.
Y las purgas estalinistas, en las que sufrieron decenas de miles de inocentes, se pasan por encima como necesidades implícitas para la seguridad del estado.
Más tarde el productor de "Misión a Moscú", Robert Buckner, describiría la película como "una mentira conveniente para fines políticos".
Ya en los años 50 el largometraje fue condenado como propaganda pro soviética, pero durante la guerra fue un material extremadamente influyente.
Y no es que los gobiernos de Reino Unido y Estados Unidos no supieran la verdad sobre el régimen asesino de Stalin.
No sólo sabían ya en 1940 de la brutalidad con que las fuerzas estalinistas se comportaban en los territorios ocupados, sino que además el entonces presidente de EE.UU., Franklin Roosevelt, y el primer ministro británico Winston Churchill llegaron incluso a suprimir la información que denunciaba el hecho de que Stalin y su policía secreta habían orquestado un asesinato masivo: el de la muerte de miles de oficiales polacos en la masacre del bosque de Katyn.

Claro que no es difícil entender por qué los líderes políticos de EE.UU. y Reino Unido sintieron que tenían que dar una imagen positiva de Stalin y de la Unión Soviética.
La realidad era que la URSS era un aliado vital y que occidente necesitaba la ayuda del Ejército Rojo para luchar contra los alemanes.

El problema es que el legado de estas "mentiras convenientes" todavía no nos ha abandonado. Por eso espero que la gente llegue a darse cuenta de cuán atroz Stalin fue, y que los estudiantes se lo piensen dos veces antes de colgar imágenes de él por las paredes.

Fuente: BBC

domingo, 21 de noviembre de 2010

Hans Litten y la humillación de Hitler

Hitler no consiguió engañar a todos los alemanes y muestra de ello es la historia de un valiente abogado llamado Hans Litten que siempre mantuvo que el movimiento hitleriano era una falacia para que Alemania sucumbiera bajo la bota nacionalsocialista.

Litten tuvo la sagacidad de poder interrogar al futuro dictador el 8 de mayo de 1931, durante un juicio que tuvo lugar y que puso contra las cuerdas al entonces aspirante al poder. No cayó en las trampas dialécticas, ni en los intentos de esconder los asesinatos que estaban ocurriendo entorno del Partido Nacionalsocialista. Consiguió que Hitler declara su fidelidad a la República de Weimar y que cayera en contradicciones. Con ello se ganó el odio eterno del padre del nazismo.

La misma noche del incendio del Reichstag, Hitler ordenó detener a Litten y lo encarceló por considerarlo enemigo del pueblo y pasó el resto de su vida en campos de concentración. Fue torturado y recibió humillaciones hasta que en 1938 se ahorcó en las letrinas de Dachau.

No fue fácil doblegar al abogado e incluso en su cautiverio siguió luchando contra sus carceleros motivando a los compañeros a resistir y a no caer en el desaliento.

El ejemplo de Hans Litten viene a demostrar lo contrario que se suele decir que todo el pueblo alemán siguió a Hitler como si un solo hombre se tratase. Cuando la sociedad alemana hacía oídos sordos a los que advertían de los intereses ocultos del partido nazi, algunos hombres alzaban su voz para luchar contra la fuerza que llevó a Alemania al desastre.



"No estamos solos en el mundo, y nuestras acciones o nuestra incapacidad para actuar están conectadas, mediante un millar de hebras que se proyectan hacia adelante y hacia atrás, con el organismo de la sociedad en que vivimos."

Hans Litten. 1925.

El hombre que humilló a Hitler es el protagonista del libro de Benjamin Carter Hett, (2008, Ediciones B).

viernes, 19 de noviembre de 2010

Humor en el Tercer Reich (II)

Después de una entrada tan  fascinante como extrañamente polémica toca una relajada, de esas que entretienen pero se olvidan fácilmente.  Y que mejor para distender una discusión que el humor. En una entrada anterior relatamos algunos chistes y bromas usadas por el pueblo alemán para olvidar la asfixiante atmosfera de represión del Tercer Reich y las penurias de la guerra.

Los siguiente chistes están sacados del libro El Reich de los mil años de nuestro amigo Jesús Hernandez.

Se hallaron en varios cadáveres del frente ruso esta broma impresa:

“La navidad no tendrá lugar este año, por las siguientes razones: José ha sido llamado al ejército, María se ha incorporado a la Cruz Roja, el Niño Jesús ha sido enviado al campo para escapar de los bombardeos y los tres Reyes Magos no han podido obtener visado pues carecían de pruebas de origen ario”

Los bajos sueldos en la industria, debido a las deducciones de que eran objeto, inspiró el chiste de los trabajadores que, en una ocasión , se pusieron muy contentos ya que el empresario les entregó el sobre con las deducciones en lugar del salario.

Ante la situación delicada que atravesaban las fuerzas germanas, a la pregunta de “¿puede Alemania perder la guerra?” se respondía “Desgraciadamente no, ahora que la tenemos no nos libraremos de ella”

Dos amigos se encontraron en la calle. Uno de ellos vio las heridas y magulladuras de su amigo y le pregunto:

                — ¿Impactó una bomba en tu búnker?, ¿te cayeron escombros?, ¿te alcanzó metralla?

A lo que el otro contesto:

                —Nada de eso. Entré en un refugio antiaéreo y salude diciendo ¡Heil Hitler!

En las últimas semanas de la guerra, en los refugios de Berlín se reinterpretaban las omnipresentes iniciales LSR (Luftschutzraum, refugio antiaéreo) como Lernt Schell Russich (aprenda ruso rápidamente)

Cuando en septiembre de 1944 se firmó el decreto por el cual se establecía  movilización de todos los varones de entre 16 y 60 años, también dio pie a chistes.

Un hombre entrado en años fue llamado a filas y durante el examen médico preguntó al doctor:
               
                — ¿A qué rama del ejercito cree que debería optar?

                — ¿En qué rama sirvió usted en la Gran Guerra?

                — ¡Oh, entonces no me llamaron! Ya era demasiado viejo.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

La balanza de Hitler


No entiendo como hay personas que siguen sosteniendo e intentando "vendernos" los supuestos beneficios de haber tenido a un personaje como Hitler en nuestra historia reciente. El hecho que llegara al poder por medio de las urnas, después de haber intentado un golpe de estado que no tuvo los resultados que él esperaba, no puede ni debe mejorar la imagen que el mundo tiene sobre el austriaco. Es cierto que llegó al poder por medios legales pero también lo es, que convirtiera a Alemania en una dictadura.

No se puede ocultar los hechos que ocurrieron bajo su régimen. Una leyes modificadas o creadas para perpetuarlo en el poder bajo la bandera y el yugo nacionalsocialista. La ruina económica de la Alemania de 1933 se convirtió en bonanza a base de conseguir el apoyo de la industria y desviar el presupuesto del estado, siendo éste el mayor empleador del país. Las carreteras construidas bajo su mandato y la escasez de maquinaria, permitió que miles y miles de obreros fuesen contratados en el mega-proyecto. El paro se redujo sustancialmente y el dinero comenzó a llegar a los hogares que empezaban a consumir los productos manufacturados por la industria alemana.

Nada que objetar, si miramos al otro lado y no colocamos nada en el platillo de la balanza de los “hechos no beneficiosos”. Se dice que todo el mundo -o casi todo- está en contra de Hitler. Es coherente estarlo, es más, es necesario estarlo para poder identificar a otro personaje en el futuro con las mismas aspiraciones y ambiciones territoriales y genocidas que el dictador.

Los que escriben o comentan que Hitler está injustamente difamado, se me antojan como unos fanáticos que hubieran sido muy “felices” en la Alemania nazi. Sinceramente, han perdido el sentido común o es que son muy crueles. Suelen ser personas que no escriben, ni comentan sobre el holocausto porque “es un tema controvertido” Son unos cínicos o simplemente están fascinado por la parafernalia nazi. Lo triste es que a lo mejor ellos no son conscientes.

Pues si, amigos lectores, parece que todos los nostálgicos de aquella época , en la que el horror campaba por la desvencijada Europa no tienen noventa años de edad ni la cabeza rapada, sino que existe una nueva hornada de “mentes preclaras” que ondean la bandera nazi a cubierto de la libertad de expresión y de un lenguaje ambiguo y obsceno, acomodado en mil lecturas cuidadosamente elegidas para juzgar de “verosímil” sólo aquellas que encajan en su argumentario.

La defensa de Hitler no es posible. Su protagonismo en la consecución de una guerra mundial es incontestable. El sufrimiento de millones de personas por su ambición y política racial no tiene paragón. No es suficiente decir que era un hombre austero, que prefería permanecer charlando con la servidumbre o que le gustaba las sobremesas tranquilas tomando té.

Por favor, que nadie me diga que Napoleón, Stalin, Gengis Khan o el Lucero del Alba fue más dañino para la humanidad. Ha habido muchos personajes que han causado males a lo largo de la historia mundial pero el debate no es “este ha sido peor” sino ¿Por que algunos justifican el papel de Hitler en la historia omitiendo sus atrocidades?

domingo, 14 de noviembre de 2010

Orgullo patrio

Se cumplen 92 años del fin de la Gran Guerra, su final supuso la disolución de los grandes imperios transformándose en países con fronteras realizadas a escuadra y cartabón sin tener muchas veces en cuenta las sensibilidades nacionales. Otras de las cuestiones que se perdió fue el orgullo de los vencidos, sobretodo el alemán. Esta cuestión fue uno de los cimientos en los que se apoyó el partido Nacionalsocialista. La recuperación del orgullo patrio sirvió de excusa para atacar a todos aquellos que pensaban de manera distinta acusándolo de antipatriotas. El NSDAP urdió una de las consignas más arteras e inteligentes de la historia moderna que luego fue copiada por todos los dictadores del mundo: Aquel que estaba en contra del partido de Hitler automáticamente estaba en contra del país. Convirtió al partido Nazi en un símbolo indisoluble del estado.

Pero, ¿Qué entendemos por orgullo patrio?, ¿Qué significa sentirse orgulloso de ser Alemán, Inglés o Español? ¿Cómo se demuestra ese sentimiento?


Definición de Orgullo por la RAE
Orgullo.
(Del cat. orgull).
1. m. Arrogancia, vanidad, exceso de estimación propia, que a veces es disimulable por nacer de causas nobles y virtuosas.

¿Por qué sentirse una persona orgullosa por el mero hecho de nacer en un lugar determinado, por algo en lo que no has tenido nada que ver? Quizás el sentimiento de orgullo debería reservarse para aquello que viene de un esfuerzo personal, es decir, estar orgulloso de los logros personales, de los hijos, (eso sí que necesita un gran esfuerzo), de lo conseguido con trabajo.

El hecho de no llevar una camiseta de España por la calle ¿lo convierte a uno en menos patriota? El patriotismo es otra cosa. Se demuestra levantándose a las 7 de la mañana para hacer lo mejor que puedas tu trabajo, se hace pagando los impuestos, siendo respetuoso con las leyes y los demás, dando a los hijos la mejor educación posible para que el día de mañana ayuden al país a salir adelante. Eso es patriotismo, eso es querer a tu país. De nada sirve llevar una camiseta de la selección, o una gorra o poner la bandera en el balcón si luego no te comportas honestamente, si infringes las leyes, si no te comportas con el respeto debió a los demás. Hay una famosísima cita del presidente americano Kennedy que lo ilustra: no preguntes lo que tu país puede hacer por ti, pregunta qué puedes hacer por tu país.

Hay otra faceta del patriotismo digno de mención. Se ha instalado en nuestro país el chovinismo local. Todo lo que nos rodea es lo mejor, las anchoas del cantábrico las mejores del mundo, los pimientos de una determinada zona los mejores del mundo (cuando es un producto traído de las Américas), y qué decir del vino, queso, naranjas y un largo etcétera. Que suerte de aquellos que han probado todas las cosas del planeta y que pueden decir que lo mejor es lo suyo.

Pido disculpas a todos aquellos que nos visitan y no les interesa mis divagaciones y sobre todo a los visitantes no españoles que no entienden las tonterías de un país siempre en busca de las diferencias.

jueves, 11 de noviembre de 2010

La ambición de Hitler


Cuando se habla o se escribe sobre Hitler siempre a sale a relucir la ambición de éste por el poder, expansión territorial, el odio a los judíos y otros factores que forman la personalidad del dictador. Pero también es reconocida su austeridad, es decir, sus gastos personales moderados y aunque generosos en algunos regalos que hizo, no se le conoce ostentación de bienes. Todo ello, a pesar, que sus ingresos por los derechos de autor de su libro Mein Kampf le reportó una fortuna que le hubiera permitido vivir con todo lujo.

Sin embargo, y no se si será verdad, el periodista y documentalista Ingo Helm expone en un documental del año 2002 llamado El dinero de Hitler que el austriaco tenía auténtica voracidad por sus finanzas y que controlaba hasta el último marco ganado. El historiador y escritor Ian Kershaw, sostiene que ser pobre lo avergonzaba y que acentuó la penosa lucha por la existencia del “nuevo rico” que “por esfuerzo propio había alcanzado una posición social más elevada”, la cual “suprime toda compasión” y elimina “todo sentimiento por la miseria de aquellos que quedaron a la zaga”.

Como escribe el historiador Ian Kershaw, esos sentimientos pusieron en contexto su manifiesto interés en “la cuestión social”, lo cual se convirtió en una búsqueda de chivos expiatorios para explicar su propia miseria y decadencia social. Y también podría explicar la predilección de Hitler por la riqueza.

Helm, en su documental, explica que Hitler gastó millones de marcos en comprar lealtades de políticos y empresarios de la Alemania prenazi. También dice que Hitler no distinguía entre su dinero, el del partido nazi y las arcas estatales. Calcula que ganó unos siete millones ochocientos mil marcos durante los años del Tercer Reich.

Por otra parte, el fotógrafo y amigo de Hitler, Heinrich Hoffmann, en cuyo local Hitler conoció a Eva Braun, tenía los derechos exclusivos de las fotos oficiales de Hitler, que eran utilizadas en las oficinas gubernamentales y en los sellos postales. Helm sostiene que no puede demostrar que Hitler haya recibido una parte de esos derechos, pero así lo cree.


Igualmente cree que recibió unos setecientos millones de marcos provenientes de empresas fieles al Reich y que utilizó a su libre albedrío. A cambio los empresarios ganaron miles de millones en contratos con el régimen nacionalsocialista.

Después de la guerra, las propiedades y bienes de Hitler, incluyendo una casa en Munich que había hecho construir para Eva Braun, fueron entregadas al Estado de Baviera por los aliados. Hitler no tuvo hijos y, aunque murió sin herederos directos, su extinta media hermana, Angela Raubal, sí los tuvo, y hay otros descendientes de la madre de Hitler, que viven en la región de Waldviertel, al norte de Austria. Esos presuntos herederos pidieron a Werner Maser, un popular historiador alemán del período nazi, que revisara qué derechos les asistía aunque, como nunca se pusieron de acuerdo entre ellos, hasta ahora no han habido demandas judiciales para reclamar los bienes.


Fuente: La Nación

lunes, 8 de noviembre de 2010

La noche de los cristales rotos

En la noche del 9 de noviembre de 1938 hubo un estallido de violencia contra los judíos en todo el Reich. Parecía imprevisto, provocado por la furia de los alemanes por el asesinato de un funcionario alemán en París en manos de un adolescente judío. Pero en realidad, el ministro de propaganda alemán Joseph Goebbels y otros nazis habían organizado cuidadosamente los pogroms. En dos días, más de 250 sinagogas fueron quemadas, más de 7.000 comercios de judíos fueron destrozados y saqueados, docenas de judíos fueron asesinados, y cementerios, hospitales, escuelas y hogares judíos fueron saqueados mientras la policía y las brigadas de bomberos se mantenían al margen. Los pogroms se conocieron como Kristallnacht, la "Noche de los cristales rotos", por los cristales destrozados de los escaparates de las tiendas que llenaron las calles.
La mañana posterior a los pogromos, 30.000 judíos alemanes fueron arrestados por el "delito" de ser judíos y fueron enviados a campos de concentración, donde cientos de ellos murieron. Algunas mujeres judías también fueron arrestadas y llevadas a cárceles locales. Se prohibió que los negocios propiedad de judíos reabrieran a menos que fueran administrados por no judíos. A los judíos se les impusieron toques de queda, que limitaban las horas del día en que podían salir de sus casas.
Después de la "Noche de los cristales rotos", la vida fue todavía más difícil para los niños y adolescentes judíos alemanes y austríacos. Los menores, que ya tenían prohibido entrar a museos, parques públicos y piscinas de natación, ahora eran expulsados de las escuelas públicas. Los jóvenes judíos, al igual que sus padres, fueron totalmente segregados en Alemania. En la desesperación, muchos adultos judíos se suicidaron. La mayoría de las familias trataba angustiosamente de irse.

Fechas claves

28 DE OCTUBRE DE 1938
ALEMANIA EXPULSA A LOS JUDÍOS POLACOS

Cerca de 17.000 judíos polacos son expulsados por Alemania y forzados a cruzar la frontera con Polonia. Polonia se niega a dejar que los judíos entren. La mayoría de los deportados quedan varados en tierra de nadie entre Alemania y Polonia cerca de la ciudad de Zbaszyn. Entre los deportados se encuentran los padres de Herschel Grynszpan, un judío polaco de 17 años que vive en París, Francia.
7 DE NOVIEMBRE DE 1938
UN DIPLOMÁTICO ALEMÁN RECIBE UN DISPARO EN PARÍS

Herschel Grynszpan, un judío polaco de 17 años que vive en París, le dispara a Ernst vom Rath, un diplomático adjunto de la embajada alemana en París. Aparentemente, Grynszpan actúa por desesperación ante la suerte de sus padres, que están varados con otros judíos polacos deportados en tierra de nadie entre Alemania y Polonia. Los nazis usan el hecho para avivar el fervor antisemita, diciendo que Grynszpan no actuó por su cuenta, sino que lo hizo como parte de una conspiración judía más amplia contra Alemania. Vom Rath muere dos días más tarde.
9 DE NOVIEMBRE DE 1938
JOSEPH GOEBBELS EXIGE UNA ACCIÓN RADICAL

El ministro de propaganda alemán Joseph Goebbels pronuncia un vehemente discurso antisemita ante los fieles miembros del partido nazi en Munich, que están reunidos para conmemorar el aniversario del infructuoso Putsch de la cervecería de 1923 (el primer intento de Adolf Hitler de tomar el poder). Después del discurso, los funcionarios nazis les ordenan a las tropas de asalto (SA) y a otras formaciones del partido que ataquen a los judíos y destruyan sus hogares, sus comercios y sus centros de culto. La violencia contra los judíos dura hasta las horas de la mañana del 10 de noviembre y se conoce como Kristallnacht: la "Noche de los cristales rotos". Varias docenas de judíos pierden la vida y decenas de miles son arrestados y enviados a campos de concentración.
12 DE NOVIEMBRE DE 1938
LOS NAZIS MULTAN A LA COMUNIDAD JUDÍA

El estado nazi impone una multa de mil millones de reichsmarks ($400.000.000) a la comunidad judía de Alemania. Después del pogrom, los judíos son obligados a limpiar y a hacer reparaciones. Se les prohíbe cobrar seguros por los daños. En su lugar, el estado confisca los pagos que las aseguradoras les deben a los propietarios judíos. Después del pogrom, los judíos son excluidos sistemáticamente de todas las áreas de la vida pública de Alemania.
Fuente: Museo americano del holocausto

viernes, 5 de noviembre de 2010

¿Fue Paul Tibbets un héroe?


La vida de Paul Tibbets nunca fue la misma después de que fuera seleccionado para el llamado Proyecto Manhattan. Así se denominada al plan de desarrollo de la primera bomba atómica por parte de Estados Unidos y la colaboración del Reino Unido y Canadá.

Tibbets fue un niño al que su padre le inculcó la disciplina y la querencia por la vida militar. En 1937 se alistó en las fuerzas aéreas norteamericanas y participó bombardeando objetivos enemigos en África. Participó en la Operación Antorcha.

El 6 de agosto de 1945 se puso a los mandos de un B29 al que le había dedicado innumerables horas de pilotaje y preparación y se dirigió a Hiroshima junto con tres componentes más de la tripulación.

Después del bombardeo siguió sirviendo al ejercito y llego a ser general de brigada. Se retiró y en su nueva vida civil fue un ejecutivo de una compañía de aero-taxis.

Nunca experimentó públicamente nunca carga de consciencia o arrepentimiento. A lo largo de su vida siempre mantuvo que volvería a hacer lo mismo bajo las mismas circunstancias.

En Hiroshima se calcula que se alcanzó una cifra de ciento cuarenta mil muertes frente al bombardeo atómico de Nagasaki en el que murieron unos ochenta mil muertos. Es difícil creer que Paul Tibbets mantuviera la misma frialdad ante la ingente cantidad de vidas perdidas.

Aceptó conceder algunas entrevistas para hablar sobre su experiencia en aquellos años, e incluso tiene una web en la que vendió recuerdos firmados por él y que actualmente dirige su segunda mujer, Andrea Tibbets. También se hizo una película, protagonizada por Robert Taylor, en la que relata su vida. El título del film es "Above and Beyond"; en España se estrenó con el nombre de "El gran secreto".

Cuando murió el 1 de noviembre de 2007, siguiendo sus indicaciones, fue incinerado y sus cenizas esparcidas por el Canal de Inglaterra. La decisión de no tener una tumba fue debida a la posibilidad de sufrir ataques por parte de sus detractores.

No se como como veréis el tema de los bombardeos atómicos, pero es llamativo que fuera el único miembro de la tripulación del Enola Gay (por cierto, era el nombre de su madre) que no manifestó arrepentimiento alguno. No voy a ser yo el que juzgue a Tibbets. El hombre a veces actúa de forma condicionada por sus circunstancias y la terminación de la Segunda Guerra Mundial tuvo lugar quince días después del bombardeo de Nagasaki y de seis años de cruel lucha y cincuenta millones de víctimas mortales. Habrá opiniones para todos.

martes, 2 de noviembre de 2010

El hombre que dijo NO

Estamos acostumbrados a leer sobre hombres que realizan grande gestas que han quedado en la memoria colectiva. Son personas que con su comportamiento han demostrado que la injusticia se puede vencer. Muchas de ellas han pagado con su vida su atrevimiento, pero su proeza ha sido recordada y celebrada. Hombres como Oskar Schindler han sido homenajeados en vida y fue declarado "justo entre los justos" uno de los mayores honores que otorga el gobierno Israelí.

Esta es la pequeña historia del hombre que dijo no: August Landmesser
Fue trabajador de los astilleros de Hamburgo hasta 1938, fecha en la que fue hecho prisionero por la Gestapo, quienes lo condenaron por incumplir  La Ley para la Protección de la Sangre y el Honor Alemanes. Dicho artículo prohibía las relaciones sexuales entre judíos y alemanes. August se había casado 1935 con la mujer de ascendencia judía Irma Eckler.

En agosto de 1935, la solicitud de matrimonio de ambos fue rechazada por el origen judío de la mujer de August, por lo tanto, las dos hijas del matrimonio nacidas en octubre del 35 y julio del 37  nacieron ya en lo que se consideraba una deshonra para el orden social de la raza aria. Tras varios juicios, Landmesser fue definitivamente condenado a dos años y medio de trabajos forzados en un  campo de concentración. Su mujer Irma corrió la misma suerte después de ser condenada y murió en enero de 1942 en el campo de concentración.

August fue liberado a principios de 1941 y llevado a continuar sus trabajos forzados en una fábrica de coches para el ejército. Obligado a alistarse al I Batallón de libertad condicional "999"
Desde finales de ese año no se volvieron a tener noticias de él, lo que hace pensar que murió en alguna de las batallas en las que participó ese batallón.

Fue un pequeño gesto el que realizó, pero demuestra que hay personas que no se dejan amedrentar por los demás y que sus ideales son más fuertes que los de los verdugos.
Fuente: trebede