jueves, 30 de junio de 2011

Vacaciones para todos con el Tercer Reich.

Me gustaría aprovechar la estación estival para que comentemos un poco acerca de las vacaciones de los alemanes de los años inmediatamente anteriores a la Segunda Guerra Mundial. Para ello voy a utilizar como libro de referencia El Reich de los mil años de Jesús Hernández.

Cuenta el amigo Jesús que cuando Hitler ordenó a Robert Ley edificar un complejo vacacional para veinte mil personas en el Báltico, éste sólo pudo obedecer y poner en marcha un proyecto de tamaño descomunal. Un hotel de diez mil habitaciones dotadas de las últimas novedades en comodidades. Una red de transporte que suponía el movimiento de dos mil personas diarias y zonas de aparcamientos para que los ciudadanos pudiesen llegar en sus vehículos.

Todo provenía del programa KdF (Kraft durch Freude), es decir Fuerza por la Alegría, un movimiento creado a la imagen de Dopo Lavoro (Después del trabajo) en Italia. Medidas populistas que buscaban dividir a los trabajadores a los cuales les eran más fácil plegarse al régimen nazi que presentar oposición y terminar en un campo de trabajo.

La dificultad de viajar en aquellos años, sólo al alcance de las capas sociales más altas y que mediante el KdF, les eran propuestos destinos tan apetecibles para el pueblo alemán como Noruega, Madeira o Italia. Existían folletos explicativos en los que se les seducían con frases tan amables como “Podrás viajar con tus compañeros, convivirás con otros trabajadores, y así no te será necesario imitar en tus vacaciones el estilo de la gente rica”.

También se les indicaban las comodidades y libertades de viajar en los buques construidos para tal fin, donde podrán sentirse libres de comportarse como si estuviesen en la taberna de su barrio.

Todos este programa se financiaban con cuotas obligatorias para el Frente Alemán del Trabajo con deducciones del 1,5 % del sueldo. A cambio se les permitía obtener descuentos en teatros y salas de conciertos, promoviendo el interés por la cultura y erradicando la pobredumbre intelectual del pueblo.

Los empresarios tuvieron que amoldarse a las exigencias del KdF y proporcionar vacaciones pagadas al trabajador a la vez que las huelgas desaparecieron. El interés por estos viajes hicieron que reinara una paz social no conocida hasta ese momento.

Todo ello levantó la curiosidad de otros países llevándose a celebrarse un encuentro con el nombre de Congreso Mundial de las Horas Libres y el Recreo, con la asistencia de cincuenta países.

La unión de factores represivos contra los trabajadores y alicientes turísticos para una época que viajar estaba reservado para los ricos hicieron que los alemanes adoptaran la postura del burro y la zanahoria hasta llegar a la idiocia.

El capítulo dedicado a las vacaciones en El Reich de los mil años tiene muchos más detalles. Esta entrada sólo ha tenido la intención de dar unas pinceladas sobre el ocio y el turismo bajo el nazismo.

lunes, 27 de junio de 2011

Los campos nazis de exterminio

Los campos nazis de exterminio cumplieron la función exclusiva del asesinato en masa. A diferencia de los campos de concentración, que servían primariamente como centros de detención y trabajo, los campos de exterminio eran casi exclusivamente “fabricas de muerte”. Más de tres millones de judíos fueron asesinados en los campos de exterminio, con gas y fusilamiento.

El primer campo de exterminio fue Chelmno, que abrió en el Warthegau (la parte de Polonia anexada a Alemania) en diciembre de 1941. Más que todo judíos, pero también Roma (gitanos), fueron gaseados en camiones. En 1942, en el Gobierno General (un territorio en el interior de Polonia ocupada), los nazis abrieron Belzec, Sobibor, y Treblinka (como parte de la Operación Reinhard) para asesinar sistemáticamente a los judíos de Polonia. Para octubre de 1943, más de 1.7 millones de judíos habían sido gaseados (con monóxido de carbono en cámaras de gas) en los campos de la Operación Reinhard. Hubo solo alrededor de 120 supervivientes.

Casi todos los deportados que llegaban a los campos eran mandados inmediatamente a las cámaras de gas (con la excepción de algunos elegidos para trabajar en equipos especiales llamados Sonderkommandos). El campo de exterminio más grande era Auschwitz-Birkenau en Polonia, que para la primavera de 1943 operaba cuatro cámaras de gas (usando ácido prúsico o Zyklon B). Al culminar las deportaciones, hasta ocho mil judíos eran gaseados cada día en Auschwitz-Birkenau. Para noviembre de 1944, más de un millón de judíos y decenas de miles de Roma, polacos, y prisioneros de guerra soviéticos habían sido gaseados ahí.

Otro campo en Polonia, Majdanek, inicialmente un campo de prisioneros de guerra y luego un campo de concentración, era también un sitio de exterminio masivo. Alrededor de 170.000 prisioneros murieron en Majdanek; virtualmente todos eran judíos, soldados y civiles soviéticos, y civiles polacos. Las cifras aproximadas de las personas muertas por gas y otros medios (fusilamiento, ahorcamiento, palizas) no son determinables en base a la documentación disponible. Los últimos dieciocho mil prisioneros judíos del campo fueron fusilados en fosos el 3 de noviembre de 1943, en la operación “Festival de la cosecha” (Aktion Erntefest), mientras parlantes poderosos trasmitían música a fuerte volumen.

Las SS consideraban a los campos de exterminio un secreto de estado. Para obliterar todo rastro de las cámaras de gas, equipos especiales de prisioneros (Sonderkommandos) fueron forzados a retirar los cadáveres de las cámaras de gas y cremarlos. Algunos de los campos fueron transformados en parques; otros fueron camuflados.
Fuente: Enciclopedia del Holocausto

jueves, 23 de junio de 2011

Stalin, Hitler, Galliano, Putin, Medvedev y 70 años de "celebración".

Compruebo por algunas reseñas contenidas en periódicos digitales que se cumplen setenta años de la invasión de la URSS por los nazis. Algún diario titulaba “Celebración Rusa por la invasión nazi”. Bueno, realmente no recuerdo si el titular era exacto pero si que usaba la palabra “celebración”. No quiero pensar que algún ruso celebre tal ignominia, más bien entiendo que conmemorarán la invasión nazi. Lo cierto es que después de tantos años, el comienzo de la Operación Babarroja y en general todo lo que rodee las efemérides de la Segunda Guerra Mundial salta a los titulares de los periódicos con tal frescura que sigue poniendo el vello de punta como supongo que lo haría hace setenta años.

El régimen de Stalin se aprovechó de todo lo que pudo arañar a los Aliados con sus acuerdos territoriales tras el término del conflicto. El malo de la película había muerto, suicidándose -al menos eso cuentan- dando por finiquitado el Tercer Reich. Un “pies para qué os quiero” se apoderó de los pertenecientes al círculo próximo a Hitler y la ruptura de las filas en los combatientes germanos fue total. A partir de ese momento la literatura se cebó con el dictador y hoy día no se encuentra -generalmente- a nadie que hable bien del austriaco del bigote. Bueno sí, John Galliano y mirad lo que le ha costado. Ahora el modista dice que no se acuerda de nada, pero grabado si que está.

Una vez leí que la Segunda Guerra Mundial había dado hasta ahora para escribir setenta mil libros, (claro que, todos conocemos algún barcelonés que está empeñado en doblar la cifra). Esto lo digo porque hasta ahora había visto libros de todo tipo: de armamento, batallas, personajes, anécdotas... pero nunca -y perdonad mi ignorancia- de economía. Han caído en mis manos dos libros que he comprado en una librería de viejo que para algunos podrán parecer aburridos y con un interés muy limitado desde el punto de vista divulgativo, sin embargo los encuentro sumamente atractivos para los que intentamos encontrar razones y palancas que movieron la guerra en aquellos farragosos años. Sus títulos son La Europa de Hitler, de Arnold J. Toynbee y La Segunda Guerra Mundial, 1939-1945, de Alan S. Milward.

Son dos volúmenes que, a mi parecer, se complementan; el primero porque trata la guerra como la suma de hechos y sus consecuencias económicas y el segundo lo hace desde el más puro punto de vista crematístico. Claramente no son lecturas veraniegas pero conviene tenerlas en la recámara de nuestras selecciones.

Pero tras esta divagación, me permito volver al punto inicial de la “celebración rusa” por la invasión. Según leo, los ciudadanos rusos no han estado por la labor de darle mucha fanfarria a la triste fecha conmemorada y prefieren dar rienda suelta al nueve de abril de cada año, cuando se celebra la rendición alemana.

Hoy son muchos los rusos que opinan que Stalin con tantas purgas entre sus filas debilitó la capacidad defensiva del país. Opinan que Stalin confió ciegamente en la palabra acordada bajo rubrica en el llamado Pacto Molotov-Ribbentrop lo que llevó a la nación a una irresponsable falsa situación de sosiego bélico.


Tras el ataque, Stalin se retiró a su residencia de descanso y dejó en manos de su ministro Vyacheslav Molotov la tarea de dirigirse por radio al pueblo soviético, el mismo día 22. El dirigente máximo del país aguardará hasta el 3 de julio para hacer oír su voz.

El discurso radiado de Molotov es uno de los mayores misterios del primer día de la invasión, ¿Por qué Stalin, el líder, el jefe del gobierno y del país, no apareció personalmente?

El actual presidente Medvedev es mucho más crítico con estas cuestiones que su antecesor Putin. Son cambios de actitud que reflejan que setenta años empiezan a pesar en la memoria colectiva de un país.

En una conferencia de prensa esta semana, el Servicio de Inteligencia Exterior (SVR) de Rusia, sucesor del KGB soviético, desclasificó documentos que demuestran que Stalin había recibido reiteradas advertencias sobre la inminencia de un ataque alemán. Pero el líder soviético restó toda credibilidad a esos avisos, que contenían docenas de detalles.

"Stalin tenía en su escritorio toda la información sobre los preparativos de un ataque alemán. Se le habían entregado todos los informes", recalcó el general Lev Sotskov, del SVR. Sin embargo, "cuando el ataque empezó, no estábamos preparados", señaló.

Más material para seguir leyendo libros que otros escribirán sobre nuestra temática favorita.

lunes, 20 de junio de 2011

El misterio Heinrich Muller

Desde hace más de cincuenta años, cazadores de nazis e historiadores tratan en vano de descubrir qué fue del jefe de la Gestapo, Heinrich Muller, que desapareció en 1945, al finalizar la Segunda Guerra Mundial.

Muller, que era el superior inmediato de Adolf Eichmann, es el más importante de los nazis de los que todavía no se sabe nada, sostienen numerosos especialistas en el Holocausto.

En la actualidad se redoblan los esfuerzos por resolver el misterio y dar respuesta a una pregunta inquietante: ¿Muller estuvo bajo custodia de los Estados Unidos después de la guerra? De ser así, ¿se escapó o lo liberaron y se convirtió en espía de la CIA?

Muller nació en el año 1900 y los registros oficiales indican que murió en Berlín. Sin embargo, hace más de treinta años se descubrió que su tumba contenía los restos de dos soldados desconocidos. Los hijos de Muller procedieron entonces a retirar la lápida que habían colocado en el lugar.

Los archivos de inteligencia del ejército de los Estados Unidos indican que Muller —a quien se designa como "el Muller de la Gestapo" para distinguirlo de los centenares de Muller que había en el escalafón nazi— fue detenido en 1945 por fuerzas norteamericanas, declara el historiador George Chalou, que trabajó en el Archivo Nacional durante 28 años. Lo que pasó después, dice, "es la pregunta del millón".

Según versiones periodísticas y documentos de inteligencia que en ocasiones resultan contradictorios, en distintos momentos "se vio" a Muller en Alemania Oriental, Checoslovaquia, Suiza, Brasil, Argentina, Paraguay, El Cairo, Damasco, Moscú, Washington y Portsmouth, New Hampshire.

El Archivo Nacional proyecta dar a conocer dentro de un mes un expediente de la CIA de quinientas páginas sobre Muller. El mismo podría contribuir a aclarar los movimientos del jefe de la Gestapo después de la guerra, según señala Greg Bradsher, historiador del archivo. Hasta el momento, el grueso del material del que se dispone sobre Muller corresponde a archivos de inteligencia del ejército de los Estados Unidos y documentación que reunieron distintos historiadores.

"Mi sector tiene interés en Muller desde hace décadas", manifiesta Eli M. Rosenbaum, que dirige la Oficina de Investigaciones Especiales, la división de criminales de guerra nazis del Departamento de Justicia. Rosenbaum piensa que es posible que Muller se haya convertido en agente de los servicios de inteligencia soviéticos al finalizar la Segunda Guerra Mundial y descarta la idea de que el jerarca nazi haya desempeñado un papel similar para los Estados Unidos.

El motivo del interés en Muller es evidente. Hizo detener a miles de judíos en Holanda, Alemania, Polonia y Checoslovaquia, a los que luego se trasladó a los campos de exterminio.

Un canal de televisión alemán emitió la semana pasada un programa basado en documentos del Archivo Nacional de los Estados Unidos, en el que se sostenía que el ejército norteamericano había detenido a Muller y que lo había dejado en libertad por motivos desconocidos. El programa barajaba la idea de que un servicio de inteligencia de los Estados Unidos hubiera contratado a Muller, pero no brindaba pruebas al respecto.

El rabino Marvin Hier, director del Centro Simon Wiesenthal en Los Angeles, señala que, de haber alguna posibilidad de que Muller haya desempeñado tal función, "el gobierno de los Estados Unidos debería iniciar una investigación formal. Es una obligación que se tiene con quienes fueron víctima de la Gestapo".

Rosenbaum, sin embargo, que estudió los mismos archivos en los que se basó el programa, manifestó que "no hay pruebas que respalden la conclusión de que fuerzas norteamericanas detuvieron a Muller y luego lo utilizó la inteligencia de ese país".

El paradero de Muller después del 29 de abril de 1945 es objeto de especulación desde entonces. Según una versión, se habría desempeñado como "apoyo" de ex nazis que residían en América del Sur, tras lo cual agentes checos lo habrían secuestrado en Argentina.

Cuando en 1987 el famoso cazador de nazis Simon Wiesenthal dio a conocer una lista de los diez ex nazis más buscados, Muller integraba la misma.

Se espera que los expedientes de la CIA que pronto se darán a conocer contribuyan a aclarar qué pasó con Muller. Rosenbaum, que trabaja desde hace casi veinte años en la división de crímenes de guerra nazis del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, afirma que ya conoce esos archivos y que los mismos no brindan ninguna respuesta definitiva.

"Si hay algún nazi que pudo desvanecerse por completo, ese fue Muller", dice Rosenbaum. "Se trata de una de las grandes incógnitas de la Segunda Guerra Mundial. Tal vez la respuesta esté en los archivos soviéticos", asegura.

Fuente: clarin

lunes, 13 de junio de 2011

Klaus Barbie: Escapar a la justicia.

El criminal de guerra nazi Klaus Barbie trabajó en Bolivia y América del Sur para los servicios secretos de la Alemania Occidental (BNC) y Estados Unidos (CIA).

Según investigaciones del historiador alemán Peter Hammerschmidt, Barbie -también conocido con el nombre "El Carnicero de Lión"- fue reclutado en 1947 por el servicio secreto militar estadounidense (CIC, por sus siglas en inglés).

De acuerdo con extensos documentos históricos, a los cuales tuvo acceso Prensa Latina en Berlín, el ex miembro de las SS y de la policía secreta del Estado nazi (Gestapo) apoyó a construir estructuras anticomunistas y grupos paramilitares en Bolivia y otros países suramericanos.

En 1983, Barbie fue deportado a Guayana Francesa por el gobierno boliviano y después fue detenido y extraditado a Francia, donde fue procesado y murió en 1991, en la cárcel de Lión.

"A principios de 1946, el nombre de Klaus Barbie se encontró en las listas de criminales de guerra buscados en Alemania", dijo Hammerschmidt a Prensa Latina y agregó que en "abril del año siguiente, su nombre aparece ya en nóminas salariales del CIC".

En 1951, los servicios norteamericanos apoyaron a Barbie a huir a través de la llamada línea de ratas a Bolivia.

Documentos históricos revelaron que "los norteamericanos valoraron la ’actitud claramente anticomunista’ de Barbie", explicó Hammerschmidt, al citar a notas de los servicios secretos que fueron desclasificados hace unos meses por el Archivo Nacional de Estados Unidos en Washington.

El estudioso alemán obtuvo por primera vez estos papeles de los servicios secretos alemanes y norteamericanos.

Para Hammerschmidt, Barbie no desapareció "como lo hicieron muchos de sus ex camaradas nazi". Al contrario, Barbie, quien fue responsable de miles de asesinatos de civiles en Francia, seguía con su cruzada anticomunista.

Después del golpe de Estado del general René Barrientos Ortuño, en 1964, Barbie tenía cada vez mejores contactos con militares bolivianos, apuntó el historiador alemán.

Conforme a los resultados de sus investigaciones, Barbie dio a militares del régimen de Barrientos lecciones en métodos interrogatorios, tortura y medidas de la lucha contrainsurgente.

En años siguientes, el oficial nazi organizó entregas de armas a regímenes de ultraderechas y dictaduras en Suramérica, explicó Hammerschmidt, quien encontró documentos de la empresa armamentista alemana Merex, la cual mantenía contactos estrechos con la BND.

Teniendo en cuenta tales informaciones no es muy sorprendente que el BND reclutara a Barbie a principios de 1966 para apoyar a la lucha anticomunista, añadió el investigador alemán.

Una de sus tareas fue el desenmascaramiento de agentes en la región. Sin embargo, el servicio alemán despidió a Barbie solamente siete meses después de haberle reclutado.

El Carnicero de Lión seguía trabajando con militares y dictaduras derechistas en América Latina hasta principios de la década del 80.

Fuente:La Republica

jueves, 9 de junio de 2011

Las supuestas creencias de Hitler.

La gente suele hacer la afirmación de que Adolf Hitler se adhirió al ateísmo, al humanismo o alguna antigua mitología pagana nórdica. Ninguna de estas ideas extravagantes parecen ser ciertas. Aunque uno de los secuaces de Hitler, Alfred Rosenberg, ha realizó una campaña de propaganda mitológica nórdicas, por supuesto, Hitler y la mayoría de sus secuaces no creían en ella.

Según alguna documentación actual parece ser que Hitler propagó muchas creencias histéricas que no sólo incluyen a Dios y la Providencia, sino también el destino, el darwinismo social, ideológico y político. Habló sin pudor sobre Dios, el fanatismo, el idealismo, el dogma, y ​​el poder de la propaganda. Hitler tuvo una fe férrea en todas sus convicciones. Justificó su lucha por el pueblo alemán y contra los judíos utilizando el razonamiento bíblico. De hecho, una de sus declaraciones más reveladoras lo deja muy claro:

"Por lo tanto hoy creo que estoy actuando de conformidad con la voluntad del Creador Todopoderoso: por defenderme contra el judío, estoy luchando por la obra del Señor."

Aunque Hitler no practicaba la religión en un sentido eclesiástico, sin duda creía en el Dios de la Biblia. Criado como católico fue a una escuela del monasterio y, curiosamente, todos los días caminó más allá de un arco de piedra que fue tallada con el escudo del monasterio de armas que incluía una esvástica. Cuando era niño, el objetivo más ardiente de Hitler se convirtió en ser sacerdote. Gran parte de su filosofía tiene un fundamento bíblico, y más influyente, desde el movimiento social cristiano. (El movimiento social cristiano alemán, sorprendentemente, se asemeja al movimiento de la derecha cristiana en Estados Unidos.) A pesar de que luchó contra algunos sacerdotes católicos que se oponían a él por razones políticas, nunca su fe en Dios y el país lo abandonó. Muchos cristianos a lo largo de la historia se han opuesto a los sacerdotes cristianos, por diversas razones, esto no significa necesariamente que vayan en contra las creencias cristianas.
"Mis sentimientos como cristiano me señala a mi Señor y Salvador como un luchador. Me asemejo al hombre que una vez en soledad, rodeado de pocos seguidores, reconoció estos judíos por lo que eran y llamó a los hombres a luchar contra ellos y que , según la verdad de Dios! seré el más grande, no como una víctima sino como un combatiente. En el amor sin límites, como cristiano y como hombre me lea el pasaje que nos dice cómo el Señor al fin se levantó en su poder y tomó el látigo para echar del Templo de la raza de víboras y serpientes. ¿Cómo fue su terrible lucha por el mundo contra el veneno judío. Hoy en día, después de dos mil años, con la más profunda emoción reconozco que nunca antes de que el hecho de que fue por esto que Él tuvo que derramar su sangre en la cruz. Como cristiano no tengo el deber de dejarme engañar, pero tengo el deber de ser un luchador por la verdad y la justicia ... Y si hay algo que podría demostrar que estamos actuando con razón, es la angustia que a diario crece. Como cristiano también tengo un deber para con mi propia gente.

-Adolf Hitler, en un discurso el 12 de abril 1922 (Norman H. Baynes, ed. Los discursos de Adolf Hitler, desde abril 1922 hasta agosto 1939, vol. 1 de 2, pp 19-20, Oxford University Press, 1942)Su lucha contra los judíos surgió de su educación cristiana. Cristiana de Alemania y Austria en su tiempo dieron por sentado la creencia de que los judíos ha mantenido un estatus inferior a los cristianos arios. El odio judío no surgió de Hitler, vino de la predicación de los sacerdotes católicos y pastores protestantes por toda Alemania durante cientos de años. El líder protestante Martín Lutero ha mantenido un odio furioso contra los judíos y su religión. En su libro, "Sobre los Judíos y sus mentiras", Lutero establece la norma para el odio judío en la Alemania protestante hasta la Segunda Guerra Mundial. Expresó su gran admiración por Martín Lutero.

Por lo que podemos deducir, Hitler estuvo delirando con la idea de los judíos y la conexión cristiana durante toda su vida. Hay quien dice que Hitler no pudo haber llegado al poder sin la ayuda de las Iglesias protestante y cristiana, no se hasta que punto tuvo algo que ver. Lo cierto es que, en su locura, el genocida se apoyo en todo lo que tuvo a mano para justificar sus criminales actos y la ideología ad hoc para llegar a sus objetivos finales, que no eran otros que una supremacía del pueblo alemán, el exterminio judío y la esclavitud de todo el planeta bajo el yugo nacionalsocialista.

lunes, 6 de junio de 2011

Resistencia Guetto Varsovia

Entre el 22 de julio y el 12 de septiembre de 1942, las autoridades alemanas deportaron o asesinaron alrededor de 300.000 judíos en el ghetto de Varsovia. Las unidades de las SS y de la policía deportaron 265.000 judíos al campo de exterminio de Treblinka y 11.580 a campos de trabajos forzados. Los alemanes y sus tropas auxiliares asesinaron a más de 10.000 judíos en el ghetto de Varsovia durante las operaciones de deportación. Las autoridades alemanas concedieron permiso a sólo 35.000 judíos para permanecer en el ghetto, mientras que más de 20.000 judíos permanecieron en el ghetto a escondidas. Para los 55.000 a 60.000 judíos como mínimo que quedaban en el ghetto de Varsovia, la deportación parecía inevitable.

En respuesta a las deportaciones, el 28 de julio de 1942 varias organizaciones judías clandestinas crearon una unidad de autodefensa armada conocida como la Organización Judía de Combate (Zydowska Organizacja Bojowa; ZOB). Se estima que en el momento de su formación, el tamaño de la ZOB era de aproximadamente 200 miembros. El partido revisionista (la derecha sionista, conocida como el Betar) formó otra organización de resistencia, la Unión Militar Judía (Zydowski Zwiazek Wojskowy; ZZW). Aunque inicialmente había tensión entre la ZOB y la ZZW, ambos grupos decidieron trabajar conjuntamente para contrarrestar los intentos alemanes por destruir el ghetto. En el momento del levantamiento, la ZOB tenía alrededor de 500 combatientes en sus filas, mientras que la ZZW tenía alrededor de 250. Si bien los esfuerzos por establecer contacto con el movimiento clandestino militar polaco (Armia Krajowa, o Ejército Nacional) no tuvieron éxito durante el verano de 1942, la ZOB estableció contacto con el Ejército Nacional en octubre, y consiguió una pequeña cantidad de armas, en su mayoría pistolas y explosivos, de sus contactos con el Ejército Nacional.

De acuerdo con la orden del Reichsführer SS (líder de las SS) Heinrich Himmler en octubre de 1942 de liquidar el ghetto de Varsovia y deportar a sus residentes robustos a campos de trabajos forzados en el distrito Generalgouvernement de Lublín, las SS y unidades de la policía alemana intentaron reanudar las deportaciones en masa de judíos desde Varsovia el 18 de enero de 1943. Un grupo de combatientes judíos, armados con pistolas, se infiltraron en una columna de judíos que estaban siendo llevados por la fuerza al Umschlagplatz (punto de transferencia) y, al dar una señal planeada de antemano, rompieron filas y lucharon contra sus escoltas alemanas. La mayoría de estos combatientes judíos murió en la batalla, pero el ataque desorientó lo suficiente a los alemanes como para permitir que los judíos encolumnados en Umschlagplatz tuvieran la oportunidad de dispersarse. Después de capturar entre 5.000 y 6.000 residentes del ghetto para su deportación, los alemanes suspendieron las deportaciones el 21 de enero. Alentados por el supuesto éxito de la resistencia, que creían haber suspendido las deportaciones, los miembros de la población del ghetto comenzaron a construir búnkeres subterráneos y albergues como preparación para un levantamiento en el caso de que los alemanes intentaran una última deportación de todos los judíos restantes en el reducido ghetto.

Las fuerzas alemanas intentaron comenzar con la operación para liquidar el ghetto de Varsovia el 19 de abril de 1943, la noche de Pascua judía. Cuando las SS y las unidades policiales entraron en el ghetto esa mañana, las calles estaban desiertas. Casi todos los residentes del ghetto se habían ocultado en escondites o búnkeres. La reanudación de las deportaciones era la señal de un levantamiento armado en el ghetto.

El comandante de la ZOB Mordecai Anielewicz comandó a los combatientes judíos en el levantamiento del ghetto de Varsovia. Armados con pistolas, granadas -- muchas de ellas de fabricación casera -- y unas pocas armas automáticas y rifles, los combatientes de la ZOB sorprendieron a los alemanes y sus tropas auxiliares el primer día de lucha, forzando la retirada de las fuerzas alemanas fuera del muro del ghetto. El comandante alemán, General de las SS Jürgen Stroop informó la pérdida de doce hombres, asesinados y heridos, durante el primer ataque al ghetto. El tercer día del levantamiento, las fuerzas policiales y de las SS de Stroop comenzaron a arrasar el ghetto, edificio por edifico, para forzar a los judíos restantes que salgan de sus escondites. Los combatientes de la resistencia judía hicieron ataques esporádicos desde los búnkeres, pero los alemanes redujeron sistemáticamente el ghetto a escombros. Las fuerzas alemanas asesinaron a Anielewicz y a quienes estaban con él en un ataque al búnker del comando de la ZOB en el número 18 de la calle Mila, que capturaron el 8 de mayo.

Aunque las fuerzas alemanas quebraron la resistencia militar organizada en pocos días desde el comienzo del levantamiento, personas y grupos pequeños se escondieron o lucharon contra los alemanes durante casi un mes.

Para simbolizar la victoria alemana, Stroop ordenó la destrucción de la Gran Sinagoga de la calle Tlomacki el 16 de mayo de 1943. El ghetto en sí estaba en ruinas. Stroop informó que había capturado 56.065 judíos y destruido 631 búnkeres. Calculó que sus unidades habían asesinado hasta 7.000 judíos durante el levantamiento. Las autoridades alemanas deportaron aproximadamente otros 7.000 judíos de Varsovia a Treblinka, donde prácticamente todos ellos fueron asesinados en las cámaras de gas apenas llegaron. Los alemanes deportaron a la mayoría de los judíos restantes, aproximadamente 42.000, al campo de concentración de Lublín/Majdanek y a los campos de trabajos forzados de Poniatowa, Trawniki, Budzyn y Krasnik. A excepción de unos pocos miles de trabajadores de los campos de Budzyn y Krasnik, las SS y las unidades policiales alemanas posteriormente asesinaron a la mayoría de los judíos de Varsovia deportados a Lublín/Majdanek, Poniatowa y Trawniki en noviembre de 1943 en la “Operación Festival de la Cosecha” (Unternehmen Erntefest).

Los alemanes habían planeado liquidar el ghetto de Varsovia en tres días, pero los combatientes del ghetto resistieron durante más de un mes. Incluso después del fin del levantamiento del 16 de mayo de 1943, judíos individuales que se ocultaban en las ruinas del ghetto continuaron atacando las patrullas de los alemanes y sus tropas auxiliares.

El levantamiento del ghetto de Varsovia fue el más grande, simbólicamente el levantamiento judío más importante, y el primer levantamiento urbano en la Europa ocupada por los alemanes. La resistencia en Varsovia inspiró otros levantamientos en ghettos (por ejemplo, Bialystok y Minsk) y campos de exterminio (Treblinka y Sobibor). En la era de la posguerra, el levantamiento del ghetto de Varsovia simbolizó no sólo la resistencia judía ante los alemanes y sus colaboradores durante la Segunda Guerra Mundial, sino que también sirvió de señal de que los judíos ya no responderían pasivamente a quienes los persiguieran y aniquilaran. En la actualidad, la ceremonia de los Días del Recuerdo que conmemora las víctimas y los sobrevivientes del Holocausto se vincula con las fechas del levantamiento del gueto de Varsovia.

Fuente: Enciclopedia del Holocausto

sábado, 4 de junio de 2011

Yo estafo, tu estafas, él estafa.

La Historia está llena de estafas y estafadores, el Tercer Reich y los años posteriores no han sido una excepción. Como muestra ahí van varias estafas famosas y no por ello menos interesantes.

Café para todos

Unos 5.500 judíos recibieron fraudulentamente 42 millones de dólares en Estados Unidos pagados por Alemania, haciéndose pasar por víctimas del Holocausto, reveló la fiscalía de Nueva York.

Un total de 17 personas fueron inculpadas por la estafa de larga data a través de un fondo destinado a ayudar a víctimas de la persecución nazi en la II Guerra Mundial, precisó en un comunicado la fiscalía.

Los presuntos estafadores, en su mayoría de origen ruso, aprobaron "más de 5.500 candidaturas fraudulentas, que resultaron en el pago a candidatos que no calificaban para los programas", agrega.

"Si hay una causa que uno podría suponer inmune a la codicia y el fraude criminal es la Conferencia de Reclamos, que asiste a diario a miles de pobres y ancianos víctimas de la persecución nazi", dijo el fiscal del distrito sur de Nueva York, Preet Bharara.

Uno de los fondos estafados entregaba en un pago único 3.600 dólares a judíos que supuestamente habían sido evacuados de sus ciudades de origen a causa de la persecusión de los nazis.

"Muchos de los que recibieron los fondos fraudulentos habían nacido después de la II Guerra Mundial y por lo menos uno de ellos ni siquiera era judío", indica la fiscalía.

Tras recibir los cheques de compensación, los beneficiarios pagaban una comisión a los que organizaban la estafa. Un total de 4.957 personas recibieron así indemnizaciones fraudulentas entre 2000 y 2009, por 18 millones de dólares.

En otra estafa se entregaba mensualmente 411 dólares "a los que vivieron en guetos durante 18 meses o más o durante seis meses en campos de concentración o de trabajo".

Mediante documentos y testimonios falsos, unas 658 personas que pretendían haber sido víctimas de la persecución cobraron así un total de 24,5 millones de dólares pagados por los contribuyentes de Alemania.

Once de los sospechosos fueron detenidos y contra todos los inculpados pesan cargos por estafa pasibles de hasta 20 años de cárcel y una multa de 250.000 dólares.

El Madoff argentino

Max Gregorcic era uno de los prófugos más famosos de la Argentina. En Mendoza, donde hace 20 años dejó un tendal de 747 estafados, se lo conocía simplemente como 'Max'. En Chile en los últimos tiempos lo vincularon con una decena de cheques sin fondo, y lo mencionaban por su nombre completo: Máximo Gregorcic Villanueva, el hombre que hasta llegó a inventar una fábula sobre Adolf Hitler para eludir a la Justicia.

En sus suntuosas oficinas, 'Max' logró convencer a 747 personas de que invirtieran con él todos sus ahorros. Su principal argumento, además de su prestigio, era que pagaba tasas 4 veces superiores a las bancarias.
Las cosas parecían marchar bien hasta 1987, cuando los inversores empezaron a encontrarse con cuentas impagas. La Justicia posó sus ojos sobre 'Max' y, mientras él le atribuía sus problemas al lanzamiento del 'Plan Austral',
se dictó su captura. Acorralado, 'Max' inventó una historia sobre Adolf Hitler para despistar.
Hacia 1987, cuando las sospechas de fraude empezaron a envolver a Max Gregorcic en Mendoza, al hombre se le ocurrió soltar una verdadera bomba de humo para distraer la atención: salió a hablar con la prensa para revelar que Adolf Hitler no sólo no se había suicidado en Berlín al terminar la Segunda Guerra Mundial, sino que había estado viviendo en Mendoza bajo la piel y la identidad de un pastor protestante.

'Max' aseguró a los medios que Hitler se había establecido tiempo atrás en Palmira. Allí, según su relato, había adoptado el nombre de Martin Karl Hunger y había tenido tres hijos junto a su mujer, Eva Braun.
“Está enterrado en Guaymallén. Sus hijos están vivos”, argumentó. “Max” mostró unos apuntes de un supuesto periodista que contaba esta fantástica historia y dirigió la atención de todos los medios hacia eso.

Mientras “Max” escapaba de Mendoza aprovechando el escándalo y la confusión, una de las tres hijas de Martin Karl Hunger salió a negar la historia. La mujer, masajista de profesión, contó que su padre había sido realmente un pastor protestante y que había sido perseguido por el régimen nazi. Su mayor similitud con Hitler había sido que los dos eran vegetarianos.


Hitler y su diario.

Durante el mes de abril de 1983, la revista alemana Stern publicó extractos de unos documentos que supuestamente eran el diario de Hitler, y que había adquirido por 10 millones de marcos alemanes.

Los diarios cubrían un periodo comprendido entre 1932 y 1945, e incluían dos "entregas especiales" sobre el vuelo de Rudolf Hess a Reino Unido. Este periodista dijo haber recibido los escritos desde Alemania Oriental, habiéndolos obtenido gracias al Dr. Fischer, quien supuestamente había conseguido pasarlos a través de la frontera, introduciéndolos en Occidente. Los diarios, según el relato de los estafadores, eran parte de una colección de documentos recuperados de entre los restos de un accidente aéreo en Börnersdorf, cerca de Dresde, en abril de 1945. Gerd Heidemann envió los documentos a varios expertos en Historia de la Segunda Guerra Mundial para que corroborasen su autenticidad. Entre ellos, destacan Hugh Trevor-Roper, Eberhard Jäckel y Gerhard Weinberg, quienes en una rueda de prensa celebrada el 25 de abril de 1983 confirmaron que eran auténticos.

Dos semanas después de la autentificación, el examen forense reveló que los Diarios de Hitler habían sido impresos sobre papel moderno y utilizando tinta moderna. Además, poseía gran cantidad de datos históricos inexactos, entre los que destacaba el monograma de la primera página, donde se leía "FH", en lugar de "AH" (Adolf Hitler), pues en los antiguos caracteres alemanes, tales letras resultaban similares. Finalmente, el contenido del libro resultó ser una copia de un libro de discursos de Hitler al que se habían añadido comentarios personales. La investigación concluyó que los Diarios de Hitler eran un grotesco y superficial fraude.