No es habitual que el personaje de Adolf Hitler sea tratado
desde un punto de vista humano y cuando se hace suele ser de una forma casi caricaturesca.
No hace falta más que ver la vergonzante película Hitler el reinado del mal.
Allí se presenta a un Hitler que en ocasiones parece un demonio en otras un enfermo
mental y en otras un retrasado mental. Como si todo esto no fuera suficiente el
Adolf Hitler de la película realiza acciones que para cualquier persona que
haya leído algo sobre el dictador le hace sonrojar. Son detalles nimios, pero
que hacen que la cinta sea una de las peores películas que puede uno ver. Nadie
se imagina a Hitler maltratando a su perro, pues bien eso ocurre en susodicha película.
Acabo de terminar de leer el libro “yo fui amigo de Hitler”
de Hoffmann, que fue el fotógrafo de Hitler y amigo. Como siempre que uno se
enfrenta a un libro autobiográfico hay que tomarlo todo con ciertas reservas y
más cuando se trata de un tema como el nazismo.
El autor como no era menos no se enteraba de nada de lo que ocurría
a su alredor, era una de las personas más cercanas a Hitler y por tanto se
encontraba dentro del circulo del poder, aunque él no era más que un
observador. Debió de ser una persona que cuando estaba en compañía de Hitler y
sus acólitos se volvía sorda y casi ciega. Él no sabía nada. Narra que viajaba en el famoso tren Amerika con Hitler,
estaba presente en las ocasiones especiales, pero de las atrocidades ni una
sola mención.
Sin duda se trata de un libro exculpatorio, pero Hoffmann no
es lo importante del libro. Es Hitler el personaje que interesa. En el libro se
nos presenta un Hitler humano, que sufre con el suicidio de su sobrina Geli,
que se preocupa por la imagen que proyecta al exterior y, siempre según
Hoffmann, una persona honrada y justa con los que le rodean.
Geli Raubal |
Son muy interesantes las relaciones de Hitler con las
mujeres, ya es sabido que opinaba que no podía casarse ya que él se debía a la
gran Alemania. Cuenta que hubo tres mujeres en la vida de Hitler que o bien se
quitaron la vida o lo intentaron. Yo sabía que Geli, su sobrina, se suicido, y
Eva Braun lo intentó, lo que desconocía era que en 1921, según Hitler, otra
mujer intento suicidarse.
Hay en algún momento que el libro se vuelve un poco plúmbeo,
cuando narra algunas de sus experiencias con los artistas de los años 20. Aún
así nos muestra el interese de Hitler por el arte y nos lo describe como un entendido
en pintura y un coleccionista.
Quizás lo más relevante sean las relaciones de Hitler con sus
subordinados en especial la influencia de Martin Borman en los últimos años de
la guerra.
Hoffmann se reserva un papel importante en la vida de Hitler
como tratante de arte y una persona de acceso directo al Führer, al que siempre
le llama señor Hitler. Es curioso que en ningún pasaje del libro nombre a
Albert Speer, el arquitecto de Hitler.
En definitiva un libro que merece la pena para conocer a Hitler
desde otro punto de vista.
2 comentarios:
Ya lo tengo en "cola de lectura" Gracias por la recomendación, Luis.
Un saludo a todos.
Anda, al final va a ser usted un apologista de Adolph...
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