El
Partido Nacional Socialista tomó la decisión en 1933, tan pronto asumió
el poder, de imponer su verdad absoluta, ejercer su control sobre la
vida cultural germana y "depurar" el espíritu del pueblo de todos los
elementos que su juicios, se consideraban contradictorios del "espíritu
germano". Fue para tal fin que se creó la "Liga de Lucha contra el
Espíritu No-Germano"
La idea que surgió de quemar
libros fue disputada por varios jerarcas Nazis, ya que cada uno quería
ser el promotor de tan audaz acción, entre ellos el teórico Alfred
Rosenberg y Joseph Goebbels. La campaña llevaba como estandarte un
slogan remanido y previsible: "reaccionar contra la desvergonzada
propaganda de la judeidad mundial contra Alemania". Todo estudiante
debía depurar su biblioteca privada de los libros contagiados por la
bacteria del espíritu judío. Se conminó a toda la población a deshacerse
de libros que pudiesen estar contaminados de esa suerte. Comenzó a
anunciarse, que la gran depuración se acercaba. Y además, estaba por
salir un edicto prohibiendo a escritores judíos hacerlo en idioma
alemán. El día 22 de abril, el diario "Volkischer Beobachter" los
nombres de los lugares y la fecha: el 10 de mayo.
Quienes organizaron la quema de libros se habían propuesto darle al acto el carácter de un evento oficial. En la plaza frente al edificio de la Opera de Berlín se preparó una hoguera de inmensas dimensiones. El primer contingente de estudiantes se hizo presente después de las diez de la noche, junto con una banda militar, un destacamento de SS, delegaciones de estudiantes uniformados y con antorchas en sus manos, seguidos por una rugiente turba hitlerista. A un costado de la plaza, ya estaban esperando camiones cargados con unos veinte mil tomos de libros diversos. Grupos de bomberos que ya estaban preparados en la plaza, se acercaron a las pilas de libros a rociarlos con nafta. A medida que cada paquete de libros era arrojado al fuego, un locutor, en el clímax de una extraña y demoníaca vehemencia perfeccionista, iba anunciando los autores de los libros, sus nombres y la causa por la cual se los quemaba. Tales anuncios eran contestados con vítores. Los locutores, abrasados quizá por el delirio piromaniaco o el simple calor infernal de la hoguera comenzaron a aullar, mencionando los valores opuestos a las ideas del libro a quemar, como por ejemplo Nacionalismo y Universalismo, el Tercer Reich y la república de Weimar, nacional socialismo y marxismo, etc.
Además
de los libros de Karl Marx, que fueron los primeros en ser quemados,
fueron llevados a la hoguera Mann, Emil Ludwig, Erich-Marie Remarque...
Por supuesto que el acto se vio coronado por un discurso de Goebbels.
Y en lo que respecta a la música, existe una anécdota que podría tener connotaciones risibles si no fuera por su doloroso contexto: poco después del Anschluss de Austria, un destacamento nazi llegó a un pueblecito, del que se habían recibido denuncias respecto a que su población estaba compuesta eminentemente por judíos. Se cuenta que apenas llegaron los esbirros en sus vehículos y comenzaron a montar su campamento en la plaza principal del pueblo para cumplir con su siniestro cometido, una de las primeras órdenes dadas por el comandante fue, entre otras, tirar abajo las estatuas de los judíos. Un sargento al que le había sido asignada la tarea se dirigió junto con sus hombres al comandante, herramientas en mano, para preguntarle por qué monumento empezar, a lo que el oficial le espetó: "busque la estatua que tenga la nariz más grande". Imbuido del más celoso sentido de la obediencia y profundamente convencido de estar haciendo lo correcto, el sargento y sus hombres derribaron enérgica e inmediatamente el monumento a… Richard Wagner.
Fuente: Marcelo Sneh porisrael,
4 comentarios:
También se puede hablar del veto y boicot que Israel tiene sobre la obra de Richard Wagner. Boicot cultural.
Eso que se dice al principio de la entrada, de imponer la verdad absoluta... me suena también en la época actual... en cierto país su presidente quiso borrar la historia y reescribirla.
En ciertos países occidentales hay libros prohibidos, en pleno siglo XXI.
Quería mencionar aquí a Albert Weisgerber, del movimiento de los Neue Sezessionisten. Weisgerber, que murió en 1915 en el transcurso de la Primera Guerra Mundial, estuvo con Adolf Hitler en el conocido como Regimiento List. La diferencia básica entre los dos fue que Weisgerber obtuvo reconocimiento por su obra y Hitler no. Cuando empezó la persecución contra lo que no se ajustaba al arte oficial del III Reich, la obra de los Neue Sezessionisten fue acusada de arte degenerado y la mujer de Weisgerber fue acusada de medio judía, aunque pudo escapar a los Estados Unidos.
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