jueves, 29 de septiembre de 2011

Algunos de los beneficiados durante el Tercer Reich.


Ahora a qué viene que la marca internacional Hugo Boss financie un libro sobre su pasado y que las noticias se centren en algo que es conocido por todos los seguidores de la Historia de la Segunda Guerra Mundial. Es decir, que se le conocía a Boss como El sastre de Hitler y que explotó a unos ciento cuarenta trabajadores durante el Tercer Reich.


Pero es que el ejemplo de remordimiento -¿o no?- viene seguido por la noticia que la familia Quandt hace acto de conciencia y eran de los pocos que quedaba, ya que empresas como Allianz, Volkwagen o Deutsche Bank habían pedido perdón por su pasado de colaboración con el régimen nazi y el empleo de miles de trabajadores forzados en las fábricas de armas.


Ju 87 Stuka.
BMW fabricó para los nazis principalmente motores de aviones, los conocidos BMW 801 para los Junkers, desarrolló las famosas motos con sidecar desde dónde se podía disparar mientras el piloto conducía. Fabricó más de cinco mil motores para los Junkers Ju 87 Stuka, conocidos por las películas dedicadas a la época. También hicieron quince mil motores para el modelo Ju 88 que fue el tipo de motor más pesado para el avión preferido dedicado al bombardeo y utilizado en la Batalla de Inglaterra , aparatos capaces de alcanzar 550 kmh.
BMW R71.
La motocicleta BMW R71 fue el modelo más utilizado. Una moto que utilizada en las invasiones de Finlandia por el ejército soviético, fruto del pacto germano-alemán, donde pudieron percatarse de la poca fiabilidad de sus motocicletas, copiando inmediatamente el modelo alemán. Más tarde y tras la guerra la Harley Davidson imitó la R71.
Harley Davidson inspirada en la BMW R71 alemana.
La fabrica alemana reconoce su colaboración con Hitler y aclara que fue únicamente por motivos crematísticos y no de ideología. No se yo que es peor. Lo curioso de este hecho es que no ha sido de forma voluntaria y espontánea sino como consecuencia de diversos reportajes publicados en la prensa alemana donde se explicaba su situación de favor ante el régimen nazi y los multiples beneficios obtenidos desde el Tercer Reich.

Pero he aquí mi pregunta: ¿Es justo que los herederos tengan que responder por hechos cometidos por sus antepasados? Mi opinión es que sí. Para eso ha estado beneficiándose de las rentas obtenidas por sus antepasados empresariales si decir nada hasta que la presión mediática ha hecho mella. Hoy, la empresa es un conglomerado de empresarios que han dado la cara y siempre es de agradecer.

Pero a parte de la tragedia que supuso para los miles de trabajadores esclavos, permitidme el comentario banal al decir que las motos eran preciosas.

Mario Tenorio.

3 comentarios:

Humberto dijo...

No puedo estar de acuerdo contigo. Mario.
Y tengo dos motivos. Uno moral y otro simplemente terrenal.

Viajemos en el tiempo y situémonos en 1945. Ponte en el pellejo de alguien que hereda una empresa que ha colaborado (y enriquecido) bajo el régimen nazi. ¿Qué haces? Das un paso al frente. Diriges la empresa, mantienes puestos de trabajo, generas riqueza y por supuesto, ganas dinero. ¿Heredar los pecados de tu padre? Hasta cierto punto.

Años más tarde, tu empresa acaba como la mayoría. No tienen dueño único. Están dirigidas por consejos de administración con múltiples dueños que nada tienen que ver con aquellos que lo fueron durante la Segunda Guerra Mundial.

Unos meses malos. Mala propaganda. Presión mediática.

Solución fría y calculada: pedir públicamente perdón aunque no sepan muy bien porqué. La humanidad se queda con la conciencia tranquila. ¡Bien hecho! Volvamos a la normalidad.

Y la empresa del ejemplo, cuyos descendientes de aquellos que la dirigían durante la guerra, se dedican a otros asuntos que nada tienen que ver con ella permanecen en el olvido. unos ricos y otros en la más profunda miseria.

Y en todo el mundo, incluido Israel, Polonia, Francia o Reino Unido, se venden motocicletas y coches BMW, Volkswagen y se visten con trajes de Hugo Boss. Y es que como bien dices, son preciosos.

Y nada tiene que ver estas empresas de hoy con las de entonces.

Y todos con nuestras conciencias tranquilas porque "oficialmente" han pedido perdón.

¿Acaso soy culpable del Holocausto porque tengo un Volkswagen Passat o de hacer deporte con unas zapatillas Adidas?

¿Alimento acaso a a bestia?

Un saludo a todos.

Mario Tenorio dijo...

Así es Humberto. Creo que la marginación y el desprecio debiera haber sido con las personas que se vincularón o colaboraron con el nazismo no con la empresa actual. No tiene sentido. Es como si los alemanes actuales tuvieran que pagar por lo que hicieron sus antepasados.

Saludos desde el sur.

Gerardo dijo...

Yo entiendo que a lo que se refiere Mario no es tanto a que uno pague por los pecados de sus antepasados, sino más bien a que uno no se beneficie de los frutos mal habidos de sus antecesores. En todo caso aquellas empresas debieran deducir los beneficios económicos que lograron con su apoyo al Reich, y distribuirlos entre aquellos descendientes que sufrieron los horrores de la guerra.

Pensar de otra manera nos daria licencia de afirmar que los judios del holocausto han sufrido legítimamente por los crímenes de sus antepasados, y eso no puede ser así.