martes, 26 de octubre de 2010

Espías alemanes en España


En España, antes de los años de la Segunda Guerra Mundial, se había establecido una comunidad alemana de unos treinta mil ciudadanos. Sin embargo, el porcentaje de afiliados al NSDAP era muy pequeño. Después del comienzo del conflicto europeo, promovido por Hitler, el numero de afiliados se disparó y la cantidad de alemanes residentes en nuestro país se multiplicó. Se abrieron sedes del partido en casi todas las provincias y los colegios alemanes eran presididos con una foto de Hitler saludando a la romana.

Cientos de miles de personas se encargaron de dar respaldo a los espías alemanes e incluso, el no actuar según las órdenes de Berlín era una provocación para buscarse un problema, tal como la llamada a filas. Algunos de los agentes reclutados habían sido miembros de la Legión Cóndor.

La historia cuenta que Hitler manejaba un entramado empresarial en España con la colaboración imprescindible de Johannes Bernhardt. Este empresario de figura vulgar, fue un pilar fundamental para el Bando Nacional ya que mediante su intermediación desde el, entonces, protectorado de Tetuán, acordó con Hitler su apoyo a Franco.

Terminada la Guerra Civil, Bernhardt, dirigió un conglomerado empresarial denominado Sofindus.

Abarcaba empresas como Deutsche Bank, la aseguradora Plus Ultra, empresas mineras y navieras. Se dedicó a comerciar con Alemania mediante la venta de minerales tan importantes como el wolframio, utilizado para la construcción de carros de combate. Se realizaron compras millonarias a los campesinos españoles que tenían terrenos con ese mineral en sus entrañas. La gente de Galicia se iban a los montes a extraer con picos y palas el wolframio y por el que conseguían pingües beneficios. Pronto esa actividad tuvo que pasar a la clandestinidad debidoa que Franco concedió a la familia gallega Fierro, la explotación de las minas.

Algunos testigos de la época cuentan que los funcionarios alemanes al ser muy bien pagados, llenaban las tiendas de lujo de Madrid y que exigían arrogantemente en los hoteles, los mejores manjares en plena hambruna española. Mientras que las cartillas racionamiento eran utilizadas por la mayoría de la población -100 gramos de carne por persona y semana-, los funcionarios alemanes estaban bien alimentados y eran clientes del Ritz o el Palace. Asístian a cacerías con aristócratas y tomaban el aperitivo en Chicote, además de bailar en Pasapoga durante las noches madrileñas.

Podemos ver que la actividad de espías en España fue intensa y duradera. Las dudas pueden llegar si pensamos que era Franco el que las permitía. Bueno si así fuese, quizá lo considerara un pago a cuenta de dictador a dictador por los servicios prestados por Alemania durante la Guerra Civil Española.

6 comentarios:

Luis Guerra dijo...

Creo que no hay dudas de que Franco permitía, alentaba y daba refugio a alemanes antes, durante y después de la Segunda Guerra Mundial.

Dos ejemplos:

León Degrelle, líder del movimiento belga Rex y jefe de la Legión valona de la Waffen-SS. Sentenciado a muerte por crímenes de guerra se refugió en España donde murió en 1994.

Al propio Johannes Bernhardt, que se menciona en la entrada, Franco le concedió la nacionalidad española para impedir su extradición requerida por los aliados.

Como estos hay infinidad de casos que demuestran el entendimiento entre el Franquismo y los Nacionalsocialistas.

Un saludo

Humberto dijo...

Luis, al fin y al cabo, le ayudaron a ganar la guerra.

Al hilo de la anterior entrada: "Ha llegado el águila" de Jack Higgins.

Como frikie de todo lo relacionado con la Gran Guerra, estoy con Ludovica respecto a los libros de Barbara Tuchmann. Imprescindibles.

Un saludo a todos.

Mario Tenorio dijo...

Humberto, reconozco que la PGM es mi asignatura pendiente.

Saludos desde el sur.

Humberto dijo...

Mario, tiene un "algo" especial. Las grandes batallas, los frentes estables, las tácticas decimonónicas con medios modernos, el poco valor de la vida humana, el sufrimiento de tantos seres humanos... No sé. Pasa como cuando te adentras en la Segunda Guerra Mundial. Como te atrape, no te suelta el "gusanillo" de por vida.

Si quieres acercarte a ella, léete el libro de Jesús. Si te atrapa la Gran Guerra ya no te soltará.

¿O no, Ludovica?

Ludovica dijo...

La verdad es que la Gran Guerra es mi gran pasión. Cada vez que voy a una librería termino en la sección de libros de la Primera Guerra Mundial y muchas veces he protestado porque siempre hay muy poco. Es una etapa de la Historia que considero fundamental: por un lado, es la gran cloaca donde desemboca todo el XIX y, por otro, en este momento podemos situar el principio (Tratado de Versalles) de lo que hace que aparezca otra de las grandes fascinaciones de nuestra Historia: el III Reich.

Luis Conde dijo...

Muy interesante Mario. Parece que todo lo relacionado con la IGM o IIGM y que transcurre en España es como más atractivo y desconocido.
http://twitter.com/II_GM