El ataque aéreo sobre Gran Bretaña se inició el 10 de julio de 1.940 y estuvo dirigido contra los barcos y los puertos del sur de Inglaterra. La Luftwaffe disponía en total de unos 2.670 aviones (Junkers, Dorniers, Heinkels, Stukas, Focke-Wulfs y Messerschmitts), mientras que la R.A.F. contaba únicamente con unos 650 Spitfires y Hurricanes y la ventaja logística del radar así como una mayor facilidad para repostar en combate.
La segunda fase de la ofensiva del mariscal Goering, dirigida contra las defensas aéreas británicas, instalaciones y aeródromos de la R.A.F. y líneas de comunicación terrestres, se desarrolló entre el 24 de agosto y el 6 de septiembre y estuvo a punto de suponer la definitiva derrota británica.
El 7 de septiembre, Hitler y Goering cambiaron repentinamente el objetivo de los ataques de la Luftwaffe, dirigiéndose contra Londres en respuesta a un bombardeo británico sobre Berlín. En esta tercera fase, los objetivos dejaron de ser militares y pasaron a ser civiles. Esto dio tiempo a la R.A.F. para reparar sus aeródromos y para concentrar sus esfuerzos en la defensa efectiva
Los británicos habían echado toda la carne en el asador. La Luftwaffe perdió ese día 56 aviones, aunque la propaganda británica amplió su éxito y habló de 185 aparatos derribados. Lo cierto es que las bajas de la Luftwaffe fueron demasiado sensibles como para intentar una invasión. La opinión mundial también empezó a dudar: en los EE.UU. se afianzó la creencia de que los británicos aguantarían el golpe.
Desde la ventaja que ofrece la retrospectiva, se observa que los alemanes habían perdido la batalla debido fundamentalmente a graves errores cometidos por sus mandos:
1.- Faltaron bombarderos y cazas de gran radio de acción.
2.- Se infravaloró la capacidad del radar británico y se malogró la oportunidad de destruirlo.
3.- Se cambió de objetivo operacional, de puntos estratégicos e instalaciones del Fighter Command a los muelles de Londres, muy poco antes de coronar con éxito la primera meta.
Sin los errores segundo y tercero hubiera sido posible un resultado positivo para los alemanes. Sin la defensa de los cazas británicos, los bombarderos alemanes hubiesen tenido abiertas las puertas de Inglaterra, con gran perjuicio de la flota británica, pues si bien las bombas alemanas no estaban en condiciones de causar graves daños a los acorazados británicos, sí hubiesen podido hacer estragos en sus bases, y sin petróleo ni municiones la flota británica hubiese quedado anulada.
A esto se referían los jefes de de la flota británica en sus análisis, al afirmar, antes de estos sucesos, que "en caso de que los alemanes llegaran a dominar el cielo, los buques de guerra sólo podrían contener la invasión durante escaso tiempo". Así, tras haber dominado el cielo, y en consecuencia, paralizado la flota, el mando alemán, pese a los escasos medios de los que disponía, hubiera podido llevar a cabo la invasión. Esto, según palabras de Churchill, hubiese decidido la guerra: con los aviones y el potencial industrial británico en manos de Hitler, nada hubiese podido parar la máquinaria de guerra alemana.
La Batalla de Inglaterra constituyó la primera derrota importante de la Alemania nazi y frustró el intento de Adolf Hitler de invadir Gran Bretaña. Winston Churchill declararía: "Nunca antes en el campo de los conflictos humanos, tantos debieron tanto a tan pocos", en referencia a los miembros de la R.A.F. El III Reich jugó y perdió su suerte a finales del otoño de 1.940, aunque nadie pareció darse cuenta de ello.
Fuente: La Segunda Guerra Mundial
1 comentario:
Los hechos ocurridos en el pasado son importante conocerlos, ya que forman parte de nuestra historia y es importante para que no vuelvan a ocurrirse. Me gusta viajar e ir al lugar de los hechos y de esa manera viajo mucho. El ultimo año pude obtener pasajes a brasil y este, planeo ir a Europa
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