jueves, 6 de octubre de 2011

Breve e incompleta Historia del carro de combate durante la Segunda Guerra Mundial.

La Blitzkrieg fue clave para que Hitler consiguiera un rápido avance en pro de la conquista de gran parte de Europa. El uso de los carros de combate- mal llamados tanques- fue crucial en gran número de victorias.

Cuando llegaron una serie de derrotas, ya al final del conflicto, el bando aliado se adelantó con sus prácticos Sherman americanos y los famosos T34 soviéticos. Hay que decir que los carros aliados no es que fuesen mejores sino que la gran superioridad numérica fue fundamental en las victorias conseguidas pese a tener los alemanes el poderosos carro de combate Tiger.

En la invasión de Polonia fue Guderian quien comandó a las divisiones Panzer -término que se destina a cualquier vehículo blindado de guerra construido entre los años 1935 y 1945-, logrando la conquista en tan sólo tres semanas. La velocidad, el blindaje y la potencia de fuego inclinaron la balanza a favor del ejercito alemán. El protagonista fue el Panzer III con un blindaje de 90 mm y un cañón de 37 mm.

En África, Rommel con los carros Panzer III y IV combatió frente a los Crusader y Matildas británicos. Los Crusader estaban muy mal armados y con blindaje pobre, además de su mecánica poco fiable que provocaba el abandono y la captura de muchas unidades por parte del ejercito germano.

Los poderosos cañones de 88 mm abrían fuego antes que los pobres carros británico pudiesen reaccionar ocasionado muchas bajas. Con ayuda americana se les proporcionó los M3 Grant que poseía un cañón de 76 mm. Después llegó el conocido M4 Sherman, del que se fabricó más de cincuenta mil unidades. Era un carro moderno de treinta toneladas de peso y un cañón de 75 mm, un motor potente que les permitía moverse a 40 kilómetros por hora, aunque tenía el fallo de utilizar gasolina y, por tanto, ser vulnerable a los incendios por los impactos.

El Alamein supuso la retirada de Rommel por la mayor eficacia de los modernos Sherman norteamericanos, que asesto duros reveses al Afrika Corps.

Todo cambió cuando llegó el temible Tiger I fabricado para el frente oriental. En junio del 44, tres mil carros de combate participaron en la ofensiva del a Operación Barbarroja. Los rusos se vieron acorralados cuando el moderno carro desarrolló todo su potencial en el campo de batalla.

Más tarde su avance se vio frenado por los nuevos T34, con un cañón de 76 mm mejoraba las condiciones generales de los carros de combates alemanes que, en su mayoría, tenían un arma de 55 mm.

El carro de combate ruso resultó muy versátil y manejable, llegándose a fabricar cuarenta y cuatro mil unidades a lo largo de la guerra. Tenía un blindaje con un ángulo inclinado que facilitaba el rebote de los proyectiles enemigos. El Panzer V tuvo como base el T34 ruso aunque no logrando la facilidad de reparación del modelo soviético. Esa fue una de las razones por lo que no se fabricó a gran escala. Una vez más el número de unidades fabricadas fue determinante.

La derrota de Stalingrado provocó un contraataque en el frente de Krusk, hecho que asumió el general ruso Zuchov, atrincherando a sus hombres e utilizando minas y trampas por todo el campo de batalla. Cuando el avance nazi disminuyó, envió a sus carros T34 en masa, embistiendo en muchos casos a los blindados alemanes, lo que dio como resultado setecientas unidades convertidas en chatarra.

Los Tiger resultaron ser unos aparatos muy complicados y sus averías en las congeladas orugas tractoras impedían su movimiento, permitiendo a los soviéticos atacar por las mañanas a primera hora. Estos problemas fueron resueltos pero no facilitaban la fabricación en un número suficiente de unidades para contrarrestar la superioridad de fuego del ejercito soviético. Así comenzó la retirada de las posiciones alemanas del frente oriental.

Durante el desembarco de Normandía y los días posteriores que conforman la Operación Overlord, la cantidad de carros de combate volvió a ser protagonista, consiguiendo los Sherman aprovechar sus cualidades, venciendo al enemigo nazi. Pero cuando las condiciones eran de igualdad, todo era diferente. El conductor de carro alemán Michael Whittmann alcanzó a cuatro carros Cromwell ingleses en la calle principal de Villers-Bocage, en pocos minutos había impactado en 23 unidades aliadas. Pocas semanas después Whittmann fue acorralado por ocho Sherman y a pesar de alcanzar a tres carros aliados, fue destrozado por el fuego de los cinco que sobrevivieron.

Del potente Tiger II sólo se construyeron cuatrocientas ochenta y cinco unidades. Un cañón de 88 mm y blindaje que elevaba el peso del monstruo a 68 toneladas. Sus ataques tenían consecuencias desastrosas para el enemigo y aunque no poseía gran maniobrabilidad fue de gran ayuda en la defensa. Muchos miembros de tripulaciones de carros aliados vieron como sus proyectiles rebotaban en la blindada estructura alemana.

Tecnologia - Megafactorias: Tanques, Abrams M1

Este pasado fin de semana pude ver este documental que desconocía, en el que se narra la reparación de los modernos tanques norteamericanos Abrams M1. Un carro que no se fabrica desde hace años y todas las unidades averiadas son reparadas totalmente en un proceso fascinante. Espero que lo disfrutéis.

4 comentarios:

Conde de Salisbury dijo...

Breve pero interesante. Solo una puntualización. El triunfo aliado, tal vez más que a una superioridad numérica -que desde luego en 1944 sí tenían- fue debido a la capacidad industrial de reponer las pérdidas a mayor velocidad que la industria alemana, cuyos carros eran más complejos y difíciles de manufacturar y por lo tanto de reponer para el frente. Además los modelos de Panther y Tiger tuvieron muchos problemas mecánicos, lo que incrementaba el número de unidades no operativas. Por ello aunque los carros aliados fueran por lo general inferiores técnicamente a sus homólogos germanos, los occidentales podían confiar en que sus bajas se repusieran a tanta velocidad que se obviaran las pérdidas, cosa que a los alemanes les resultaba imposible (con el problema añadido de los bombardeos sobre sus centros de producción).

Mario Tenorio dijo...

Puntualización acertada y aceptada, gracias Conde.

Saludos desde el sur.

Ludovica dijo...

Conde, casi coincidimos en nuestra opinión. Iba a decir que breve pero sustanciosa.

Por cierto, Mario, tienes un arte increíble para encontrar vídeos alucinantes.

Humberto dijo...

Creo que has dado con la clave del motivo de la superioridad aliada.

Claramente se debió a la posibilidad casi ilimitada de reponer sus pérdidas más que a una superioridad técnica.

Un saludo a todos.