viernes, 6 de julio de 2012

Libros para el verano



Para mi, el verano es una de las épocas más agradables para disfrutar de la lectura. Se rompe los clásicos horarios de invierno y comienza la jornada intensiva en el trabajo. Mis lecturas se basan principalmente en libros a los que no les he podido hincar el diente por falta de tiempo. Tochos inaccesibles por el número de páginas o densidad literaria.

Explico ésto último: Veréis, soy de los que pienso que para disfrutar de un libro, el ritmo es algo fundamental, es decir, el autor tiene que haber marcado unos tiempos en la confección del texto para que el lector se sienta subyugado por la historia contada, y a la vez, el lector debe mantener una pauta en la lectura del libro. No se puede seguir un libro que se coge tres veces al mes y pretender continuar con la misma intensidad que si fuese leído a diario.

Los libros de Historia son, al fin y al cabo, enumeraciones de hechos, fechas y circunstancias tejidas con la habilidad del autor para que el interés del lector se mantenga durante toda la extensión de lo leído. La diferencia entre leer Historia y no tener que estudiar ésta, está simplemente en el placer que la primera nos produce y la ansiedad que en la segunda se padece. Estoy seguro que si la Historia se leyese y no se estudiase sería más productiva para el estudiante. Abierto queda el debate.

La Historia del Tercer Reich tiene factores que su lectura anima a su estudio, siendo éste totalmente placentero para los aficionados a este periodo histórico. La crueldad del régimen nazi se entremezcla con la importancia que tuvo para la sociedad mundial las repercusiones producidas por Hitler y la Alemania de entonces. Pero, ¿qué nos lleva a querer seguir leyendo y aprendiendo más y más sobre el Tercer Reich? La pasión con que un pueblo se dejó seducir por un líder de ideas funestas y gran embaucador social y político. También puede que haya algo de morbo en ciertos aspectos del régimen. El enorme daño producido por los nazis al pueblo judío ha hecho que los medios de comunicación insistan una y mil veces en las terribles consecuencias para la sociedad mundial.

El inicio de una guerra mundial sin precedentes, los múltiples avances tecnológicos generados por los paises implicados y la alianza entre todos ellos, han fabricado toda una industria alrededor con decenas de miles libros publicados, peliculas por cientos, etc.

Internet ha sido la guinda del pastel que ha dado cohesión a todos los dispersados lectores, espectadores y aficionados en general. Incluso los escritores dedicados a esta temática se han unido a la fiesta para promover sus libros, pero también para comunicarse con sus lectores. La soledad del escritor ha dado paso a una interacción continúa con sus lectores y viceversa. Este hecho alimenta al escritor que sondea los intereses de sus seguidores y la enorme ventaja de poder mantener una comunicación directa lector-autor.

Este año me parece que no voy a hacerme una lista de libros para leer durante el verano e iré improvisando dejándome llevar por la voracidad y el impulso que me caracteriza.

¡Feliz verano!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

me inclino a pensar que tu comentario adolece de rigor histórico. Sin llegar al extremo de la parcialidad pro nazi, podrás tomar contacto con investigadores como David Irving quien nos hará ver y notar otras vistas de los sucesos. Nadie come vidrio porque si, las decisiones se toman sin poder anticiparnos a ciertos resultados nefastos para unos y ventajosos para otros. El hoy en medio oriente es el vivo ejemplo de ello. Gracias y un abrazo. Darre.

Humberto dijo...

Pues voy a recomnedarte dos libros que yo voy a releer por segunda vez: "La Revolución Rusa (1891-1924)" de Orlando Figes y "La propaganda negra en la Segunda Guerra Mundial" de Stanley Newcourt-Nowodworksi. Impresionantes.

No te arrpentirás.

Un saludo a todos.

Mario Tenorio dijo...

Querido Humberto:

¡Oído cocina!

Saludos desde el sur.

Dr. López Corbalán dijo...

Magnifico blog. Cada vez me gusta mas....