sábado, 4 de junio de 2011

Yo estafo, tu estafas, él estafa.

La Historia está llena de estafas y estafadores, el Tercer Reich y los años posteriores no han sido una excepción. Como muestra ahí van varias estafas famosas y no por ello menos interesantes.

Café para todos

Unos 5.500 judíos recibieron fraudulentamente 42 millones de dólares en Estados Unidos pagados por Alemania, haciéndose pasar por víctimas del Holocausto, reveló la fiscalía de Nueva York.

Un total de 17 personas fueron inculpadas por la estafa de larga data a través de un fondo destinado a ayudar a víctimas de la persecución nazi en la II Guerra Mundial, precisó en un comunicado la fiscalía.

Los presuntos estafadores, en su mayoría de origen ruso, aprobaron "más de 5.500 candidaturas fraudulentas, que resultaron en el pago a candidatos que no calificaban para los programas", agrega.

"Si hay una causa que uno podría suponer inmune a la codicia y el fraude criminal es la Conferencia de Reclamos, que asiste a diario a miles de pobres y ancianos víctimas de la persecución nazi", dijo el fiscal del distrito sur de Nueva York, Preet Bharara.

Uno de los fondos estafados entregaba en un pago único 3.600 dólares a judíos que supuestamente habían sido evacuados de sus ciudades de origen a causa de la persecusión de los nazis.

"Muchos de los que recibieron los fondos fraudulentos habían nacido después de la II Guerra Mundial y por lo menos uno de ellos ni siquiera era judío", indica la fiscalía.

Tras recibir los cheques de compensación, los beneficiarios pagaban una comisión a los que organizaban la estafa. Un total de 4.957 personas recibieron así indemnizaciones fraudulentas entre 2000 y 2009, por 18 millones de dólares.

En otra estafa se entregaba mensualmente 411 dólares "a los que vivieron en guetos durante 18 meses o más o durante seis meses en campos de concentración o de trabajo".

Mediante documentos y testimonios falsos, unas 658 personas que pretendían haber sido víctimas de la persecución cobraron así un total de 24,5 millones de dólares pagados por los contribuyentes de Alemania.

Once de los sospechosos fueron detenidos y contra todos los inculpados pesan cargos por estafa pasibles de hasta 20 años de cárcel y una multa de 250.000 dólares.

El Madoff argentino

Max Gregorcic era uno de los prófugos más famosos de la Argentina. En Mendoza, donde hace 20 años dejó un tendal de 747 estafados, se lo conocía simplemente como 'Max'. En Chile en los últimos tiempos lo vincularon con una decena de cheques sin fondo, y lo mencionaban por su nombre completo: Máximo Gregorcic Villanueva, el hombre que hasta llegó a inventar una fábula sobre Adolf Hitler para eludir a la Justicia.

En sus suntuosas oficinas, 'Max' logró convencer a 747 personas de que invirtieran con él todos sus ahorros. Su principal argumento, además de su prestigio, era que pagaba tasas 4 veces superiores a las bancarias.
Las cosas parecían marchar bien hasta 1987, cuando los inversores empezaron a encontrarse con cuentas impagas. La Justicia posó sus ojos sobre 'Max' y, mientras él le atribuía sus problemas al lanzamiento del 'Plan Austral',
se dictó su captura. Acorralado, 'Max' inventó una historia sobre Adolf Hitler para despistar.
Hacia 1987, cuando las sospechas de fraude empezaron a envolver a Max Gregorcic en Mendoza, al hombre se le ocurrió soltar una verdadera bomba de humo para distraer la atención: salió a hablar con la prensa para revelar que Adolf Hitler no sólo no se había suicidado en Berlín al terminar la Segunda Guerra Mundial, sino que había estado viviendo en Mendoza bajo la piel y la identidad de un pastor protestante.

'Max' aseguró a los medios que Hitler se había establecido tiempo atrás en Palmira. Allí, según su relato, había adoptado el nombre de Martin Karl Hunger y había tenido tres hijos junto a su mujer, Eva Braun.
“Está enterrado en Guaymallén. Sus hijos están vivos”, argumentó. “Max” mostró unos apuntes de un supuesto periodista que contaba esta fantástica historia y dirigió la atención de todos los medios hacia eso.

Mientras “Max” escapaba de Mendoza aprovechando el escándalo y la confusión, una de las tres hijas de Martin Karl Hunger salió a negar la historia. La mujer, masajista de profesión, contó que su padre había sido realmente un pastor protestante y que había sido perseguido por el régimen nazi. Su mayor similitud con Hitler había sido que los dos eran vegetarianos.


Hitler y su diario.

Durante el mes de abril de 1983, la revista alemana Stern publicó extractos de unos documentos que supuestamente eran el diario de Hitler, y que había adquirido por 10 millones de marcos alemanes.

Los diarios cubrían un periodo comprendido entre 1932 y 1945, e incluían dos "entregas especiales" sobre el vuelo de Rudolf Hess a Reino Unido. Este periodista dijo haber recibido los escritos desde Alemania Oriental, habiéndolos obtenido gracias al Dr. Fischer, quien supuestamente había conseguido pasarlos a través de la frontera, introduciéndolos en Occidente. Los diarios, según el relato de los estafadores, eran parte de una colección de documentos recuperados de entre los restos de un accidente aéreo en Börnersdorf, cerca de Dresde, en abril de 1945. Gerd Heidemann envió los documentos a varios expertos en Historia de la Segunda Guerra Mundial para que corroborasen su autenticidad. Entre ellos, destacan Hugh Trevor-Roper, Eberhard Jäckel y Gerhard Weinberg, quienes en una rueda de prensa celebrada el 25 de abril de 1983 confirmaron que eran auténticos.

Dos semanas después de la autentificación, el examen forense reveló que los Diarios de Hitler habían sido impresos sobre papel moderno y utilizando tinta moderna. Además, poseía gran cantidad de datos históricos inexactos, entre los que destacaba el monograma de la primera página, donde se leía "FH", en lugar de "AH" (Adolf Hitler), pues en los antiguos caracteres alemanes, tales letras resultaban similares. Finalmente, el contenido del libro resultó ser una copia de un libro de discursos de Hitler al que se habían añadido comentarios personales. La investigación concluyó que los Diarios de Hitler eran un grotesco y superficial fraude.

5 comentarios:

pedroboso dijo...

Mario, buen post, te felicito. Desde luego los sinverguenzas y tramposos están por todos lados, para que luego hablen de la picaresca española, je, je...

Aprovecho para decirte que, con mucho retraso, pero ya estoy metido de lleno en la lectura del "tocho" de Toland acerca de Hitler.

Un saludo a todos

Mario Tenorio dijo...

Gracias Pedroboso.
No te vas a arrepentir, Toland es lo mejor que he leído sobre Hitler.

Saludos desde el sur.

Humberto dijo...

La verdad es que este post ha sido muy interesante.

Aunque pedroboso, sin dejar de estar de acuerdo contigo, considero que los españoles somos expertos en estas lides.

Creo que hasta podríamos "peritar" los fakes de los extranjeros.

Un saludo a todos.

Ludovica dijo...

No sé si he leído bien: ¿5.500 judíos consiguieron ponerse de acuerdo para estafar una pasta? Hace falta tener jeta...

Bueno, también quiero decir que tomo nota de la recomendación del libro de Toland.

Jesús Hernández dijo...

Interesante, Mario. Pero más graves que éstas son las estafas intelectuales, y de ésas vamos bien servidos.