Se dice que la historia la escriben los vencedores, hasta cierto punto puede ser cierto tal afirmación. Pero tengamos en cuenta algunos aspectos a resaltar en esta cuestión.
En un estado totalitario, es casi norma no escrita que todo sea del color del régimen y, por tanto se manipule los hechos para que vaya siempre en consonancia con el poder. En china, ya se sabe que ni siquiera la censura deja resquicios para que la “otra verdad” llegue a través de Google. Esta empresa ha tenido que sucumbir a los deseos del régimen comunista.
Cuando es escrita por historiadores ideologizados y contrarios a tal o cual línea, ya todo dependerá de la suspicacia de sus lectores, que puedan comparar los hechos y separar lo auténtico de lo manipulado.
Como nuestro blog trata sobre el Tercer Reich, demos un ejemplo sencillo y por todos conocidos:
El movimiento antisemita de la Rusia Zarista, por ejemplo, difundió unos falsos “Protocolos de los Sabios de Sión”, según los cuales los judíos estaban confabulados para hacerse con el control del planeta. La alarma sirvió para azuzar a las masas en los hechos que causaron la muerte de miles de personas en tierras rusas en 1917, y más tarde, para justificar el Holocausto programado por los nazis. Este ejemplo dio pie a una bandada de revisionistas que se sacaban de la manga multiples razones, pruebas y conjeturas aderezadas por una legión de posibles dudas para poner en liza nuevos argumentos que contrarrestaran a unos hechos que a mi, me parecen irrefutables.
¿Pero es justo decir que los revisionistas son partidarios del régimen nazi? Yo pienso que no, aunque siempre será más cómodo discutir con ellos, leer sus libros, que comprobar que hubieran hecho si estuviesen situados en un escenario temporal del Tercer Reich.
El hecho que tengan unas ideas diferentes a las que un servidor pueda tener no me preocupa, pero si que justifiquen activamente unos hechos y que parezca que los buenos son los nazis. Es más que acudan como moscas a defender sus pensamientos, a veces simples posiciones intelectuales sobre una temática en concreto, otrora anejas ideologías en pro del nazismo.
El mero hecho de ver el nazismo como un régimen válido es merecedor de rechazo. La pérdida de las libertades individuales y colectivas en beneficio de una ideología racista y, por tanto, excluyente es contrario a una sociedad que pretende mejorar su presente y futuro y no vivir bajo la bota de sus gobernantes sean del signo que sean.
Sin embargo, no soy partidario de una ley anti-nazi al estilo de Alemania, donde se prohíbe la venta del Mein Kampf. Creo que la libertad de expresión es fundamental y es pilar indiscutible de la democracia actual. Lo que quiero decir es que la leyes en España, en cuanto a esta cuestión, son correctas y que el delito de propagación ideas genocidas, nos protege del proselitismo nazi.
Ya se que este tema suele levantar ampollas, y que suscita algunos comentarios no muy agradables de leer, pero es recomendable por la salud mental de esta sociedad recordar que estas ideas todavía están en las mentes de muchos jóvenes y algún madurito, que sigue teniendo una utilidad entre los desesperanzados, confundidos y cortos de miras de este planeta. Es por eso mi interés de que, de vez en cuando, lo saquemos a colación y debatamos entre nosotros, si así os apetece, con gente de un lado y seguramente del otro.
5 comentarios:
Mario, un post muy interesante.
Hay que tener cuidado con los revisionistas, en un afan por destacar suelen excederse y cruzar la linea de historiador y se convierten en acolitos
Yo tampoco trataría de evitar la publicación de Mein Kampf, esa forma de represión podría hacer efecto rebote y provocar más seguidores de la causa nazi. Además, forma parte de la Historia de Alemania y, como tal, debe conocerse una de las piezas literarias claves relacionada con una de sus mayores barbaridades. En todo este asunto creo que lo más sano sería debate y más debate: puede ser una forma de vigilar si se puede dar o no un nuevo Reich.
Por si le interesa a alguien http://www.elpais.com/articulo/portada/familia/Himmler/elpepusoceps/20110417elpepspor_10/Tes
Ludovica, interesante reportaje de Jacinto Antón, habrá que leerlo con calma. Una lectura rápida intuye que como todo el mundo sospecha, el ascenso de los grandes protagonistas del régimen nazi era aplaudido por amigos y familiares, algo lógico durante la década de los 30 en un país con una aceleración económica como la que tuvo Alemania (va para twitter).
Mario, interesante artículo aunque en algunos puntos me he perdido un poco. Estoy de acuerdo en que la prohibición de estos elementos promueve más su divulgación que lo que en realidad se pretende. El problema, como siempre, es que los necios utilizan el arma de la ignorancia para mover de nuevo ideas nefastas. Durante el servicio militar vi como un neonazi convenció de manera más o menos sencilla a un cabo, con poca inteligencia, del odio racial que tenía que profesar a gitanos, negros, judíos, etc ... lo cierto es que no le costó demasiado
Saludos desde twitter.com/II_GM
Yo estoy con Mario al 100%.
No es ético en nuestro mundo la censura a la libertad de expresión.
En nuestra mano está en educar, lo cual a mi entender es la clave.
Un saludo a todos.
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