miércoles, 31 de agosto de 2011

Götz Aly y su libro “La utopía nazi”.


El interesante libro de Aly da para una pequeña reseña en nuestro blog:

Aly es un afamado investigador que ha estudiado Ciencias Políticas e Historia y ha publicado numerosas obras académicas, colaborando también en la prensa. Su interés por el nazismo surgió en su juventud: “Nací en 1947 y la generación de mis padres no hablaba casi nunca de los crímenes y atrocidades del nacionalsocialismo”, “Cuando tenía 15 años, en la escuela había un programa para explicar a los jóvenes lo que fue el nazismo con películas del gueto de Varsovia y Auschwitz”.

Ello hizo que él y a otros estudiantes se les abriera una brecha social muy profunda. “Y en cierta manera sigo trabajando en esa brecha”, explica. “Habla de modo conciso y pausado, recudieron a cifras y casos muy didácticos, con la gráfica historia de un diente de oro”. “Algunos de mis estudiantes en la universidad tienen la mala suerte y les toca que les pregunten lo que pasó con el diente de oro de un judío asesinado en 1943”. “¿Qué le pasó a ese diente? El oro de las piezas bucales de los judíos aniquilados fue fundido y un 20% se destinó a los dentistas del ejército”, explica. Así podrían conseguir un diente de oro quienes hasta entonces no habían podido pagárselo. El resto del oro obtenido por esta vía fue a parar al Reichbank y revirtió en el conjunto de los alemanes.


Este es uno de los ejemplos que emplea Aly el funcionamiento del régimen nazi como “una dictadura de favores mutuos”. Desde esta perspectiva tenemos que abandonar el tópico de una dirección nazi asociada a elementos toscos y de escasas luces: “ Imaginamos a la dictadura nazi como muy poco inteligente al proyectar hacia el pasado la imagen de los actuales neonazis” que son estúpidos, “pero los líderes nazis no eran tontos”, remarca Aly. “Los dirigentes alemanes, precisa, tenían instinto para captar la necesidades de la gente que vivían en el régimen como una serie de progresos tangibles”.

En este sentido Hitler fue un maestro de la política simbólica pero no era un político serio sino un jugador que logró sus éxitos gracias a su sentido de la justicia social parejo al endeudamiento que éste comportó. El dictador, según Aly, no daba órdenes concretas en lo referente a la política económica, sino que esencialmente solía decidir entre diferentes alternativas que le eran planteadas y se inclinaba siempre por la que podía contar con el beneplácito de los alemanes sin importar que fueran atrocidades. El subtítulo del libro es significativo: "Cómo Hitler compró a los alemanes".

2 comentarios:

Humberto dijo...

Parece interesante este libro. Habrá que ponerlo en la lista de "futuribles".

Un saludo a todos.

Mario Tenorio dijo...

Amigos, recordemos el 72º aniversario del comienzo de la SGM. ¡Polonia arde!

Saludos desde el sur.