jueves, 25 de agosto de 2011

Censura y libros bajo el Tercer Reich.

Me acabo de enterar que la Biblioteca de Berlín va a devolver libros robados durante el régimen nazi. La noticia indica que uno de esos libros es un ejemplar de 1883 del Manifiesto Comunista que posiblemente perteneciera al propio Engels.

Me ha llamado la atención la noticia por lo de reparación de daños que conlleva y porque se conservara un ejemplar de dicha obra. La quema de libros durante el nazismo supuso una pérdida incalculable para la cultura universal. La Belbelplatz se erigió como un monumento a la barbarie y una sinrazón por la destrucción de más de 75.000 ejemplares de todo tipo.

También hay que tener en cuenta los destruidos por iniciativa propia de los propietarios de libros prohibidos por el nazismo. Una predilección de todo gobierno totalitario porque no hay mejor censura que la autocensura y la falta de publicidad para el hecho que no alargue la sombra opresora del régimen.

Las consecuencias de la quema de libros, algunos se han llegado a extinguir como si de una especie animal o vegetal se tratase, lleva a la sociedad a una ignorancia sobre su bagaje cultural y exclusión a futuras generaciones del conocimiento y valor patrimonial perdido.

A comienzos de 1933, las organizaciones estudiantiles, profesores y bibliotecarios nazis confeccionaron listas de libros que creían que no debían ser leídos por los alemanes. La noche del 10 de mayo de 1933, los nazis invadieron bibliotecas y librerías de toda Alemania. Marcharon con antorchas en desfiles nocturnos, cantaron canciones y quemaron libros en grandes hogueras. Algunos eran obras de autores judíos, incluidos Albert Einstein y Sigmund Freud, pero la mayor parte de los libros eran de autores no judíos, incluidos algunos estadounidenses famosos como Jack London, Ernest Hemingway y Sinclair Lewis, cuyas ideas eran vistas por los nazis como no nacionalistas y por tanto eran merecedoras de ser eliminadas de la faz de la tierra.

Hoy los nazis se encontrarían con la dificultad de internet y tener que cortar el paso a servidores no nazis para lograr una censura aceptable para ellos.

Existe una anécdota no perteneciente al Tercer Reich pero que no me resisto a recordar, que hace alusión a la quema de libros por parte del régimen pinochetista, en el Chile de los 70. Libros de arte cubista y que los “sabios andinos” pensaron que hacían referencia a la Cuba de Fidel Castro. La ignorancia es propia de regímenes totalitarios sea cual sea su signo político.

12 comentarios:

pedroboso dijo...

Mario, del mismo modo que los nazis quemaron libros y sus propios ciudadanos lo hicieron igualmente, para no tener problemas con el régimen... pues hay que decir que la misma censura han sufrido los libros editados por el III Reich entre 1933 y 1945.

A ver quien era el guapo que durante las décadas de los años 50 y 60, guardaba un Mein Kampf en la biblioteca de su casa o en la mesilla de noche.

Con el proceso de desnazificación que sufrió la población alemana y con el Mossad pendiente de todo, estoy seguro que muchos alemanes optaron por quemar o deshacerse de cualquier objeto, prenda, artículo o libro, que pudiera relacionarlos con los nazis. Pasaron a ser libros prohibidos y repudiados.

Eso hace, por cierto, que mi colección de libros originales tenga aún más valor.

Un saludo

Mario Tenorio dijo...

Gracias por tu comentario, Pedroboso, complementas mi entrada.

Saludos desde el sur.

pedroboso dijo...

A mandar amigo!

Ludovica dijo...

Me ha encantado la entrada, Mario. Desconocía lo de la quema de libros con Pinochet. Yo también pienso que tu comentario, Pedroboso, es un buen complemento. Por cierto, tengo un ejemplar del Lazarillo de Tormes de antes de 1830 (aunque me imagino que eso no impresionará a mucha gente).

pedroboso dijo...

Gracias Ludovica.

En cuanto al libro del Lazarillo, en mi humilde opinión, depende del estado de conservación en que se encuentre, si tiene grabados o no, si es una primera edición o no... esos datos definirían su valor en el mercado.

De todos modos es del siglo XIX, no demasiado antigüo dentro del mundillo de las antigüedades y tendrá su valor, pero dudo que sea alto. Aunque desde luego es para conservar, no deja de ser un clásico de la literatura española. Enhorabuena Ludovica.

Otra de mis pasiones es el libro antigüo y tengo tb mi biblioteca, no todo va a ser 2GM, je,je.. pero en fin tampoco quiero aburrir a nadie.

Saludos

Ludovica dijo...

Oye, Pedroboso, si no quieres aburrirnos con tu biblioteca... ¿por qué no haces un blog dedicando una entrada a cada uno de tus libros?

Mario Tenorio dijo...

Sin duda, Pedroboso sería un bloguero espectacular. Sus conocimientos bibliófilos nos iluminaria a muchos de nosotros.Sólo hay ver las entradas de JH sobre su material. Aplaudo la sugerencia de Ludovica.

Por cierto tenemos una sorpresa a partir del día 5 de septiembre.

Saludos desde el sur.

Humberto dijo...

Yo también apoyo la idea de un blog de pedroboso sobre libro antiguo, fotografías y postales.

¡Sería maravilloso!

Un saludo a todos

pedroboso dijo...

Uf Ludovica! Un blog mio! No tengo ni tiempo ni ganas la verdad. Para hacerlo bien hay que poner empeño y dedicarle bastante tiempo, y creo que carezco de las 2 cosas.

No me avergüenza decir que no se como crear un blog, y bajarme imágenes de la red, y tampoco me apetece aprender.

La red es un mundo infinito y no se la de miles de blogs que hay. Yo solo sigo 4 (el de JH, el de Nacho, uno de cine y el vuestro) y me llega, no necesito más. Me encuentro cómodo comentando y me gusta los temas que tratais así como los seguidores habituales, que son como una pequeña familia, aunque no nos conozcamos personalmente.

Gracias por los ánimos de todos modos.

Mario, pues ya estoy expectante por lo de la sorpresa del día 5...

Al hilo de mi comentario de ayer acerca del valor de un libro antigüo, se me olvidó comentar que tb depende si tiene ex-libris o no. Si lo tiene, su valor es mayor.

Para el que no lo sepa, comento brevemente lo que es el Ex-Libris:

Es una marca de propiedad que suele consitir en una etiqueta, estampa o sello, con el nombre del dueño del libro o de la biblioteca propietaria. Va pegado y suele colocarse en el reverso de la cubierta o tapa del libro. Predominaron durante los siglos XV al XVIII, muy utilizados por las Casas Reales y la Nobleza, con motivos heráldicos o escudos de armas. A partir del siglo XVIII prevalecieron los símbolos o emblemas.

UNA CURIOSIDAD: Los libros que pertenecieron a la biblioteca personal de Hitler, SÍ tenían Ex-Libris. Vi un ejemplar de Mein Kampf expuesto en el Museo de los Inválidos en París, abierto, con la etiqueta pegada del ex-libris. Como no podía ser de otra forma, el motivo era un águila con esvástica, adornado con unas hojas de nogal y una nuez y debajo las letras, Adolf Hitler. Aquí sólo caben 2 posibilidades; o se trata de un ejemplar de la biblioteca privada de Hitler, o bien fue un regalo personal del propio Führer o de la Cancillería del Reich, a alguien en particular, quizás algún mando destinado en París durante la ocupación, quien sabe... Os podéis imaginar el valor que puede tener.

Lamentablemente dentro de mis colecciones de libros del III Reich, no tengo ningún Ex-Libris, ya me gustaría a mi, ja, ja!!

Un saludo a todos

pedroboso dijo...

Humberto, hijo, estábamos los 2 escribiendo al mismo tiempo; pues ya sabes la respuesta.

Un abrazo

Ludovica dijo...

A ver, Pedroboso, que mi madre tiene casi 75 años y tiene superados esos miedos. Sigue sin saber muchas cosas pero ya sabe enviar correos, buscar videos en el Youtube y navegar por las webs de museos. Y más que aprenderá.

Tampoco hace falta que escribas todos los días: aunque a mí me gustaría hacer entradas con la misma frecuencia que lo hacen Mario y Luis, yo escribo en mis blogs cuando buenamente puedo y siempre teniendo presente que no es sólo porque ya sé sino porque aún me queda mucho por aprender, así que vergüenza debería darte decir lo que has dicho. Me queda mucho por decirte pero, de momento, con esto es suficiente.

Mario, nos vas a tener en vilo 19 días...

Anónimo dijo...

Tambien la democracia quema libros y encarcela a libreros por vender libros LEGALES pero que al ser vendidos por personas de identificación politica "incorrecta", estiman los jueces que constituyen entonces una intencionalidad clara de delito. No hay mayor aberración. Pedro Varela, librero barcelonés, continua al dia de hoy (enero 2012) en prisión y sus libros, repito, legales, han sido destruidos por las autoridades catalanas y cuya cifra asciende a varias decenas de miles de ejemplares. En este caso, estimo, los nazis son menos hipocritas que los actuales tiranos democraticos.