Hace tiempo uno de nuestros colaboradores habituales, Humberto, nos recomendó un documental sobre Albert Richter, un ciclista alemán que se atrevió a desafiar al régimen Nazi.
Albert Richter cometió uno de los pecados más infames para el Nazismo. Cometió la desfachatez de tener un entrenador judío, y a pesar de todas las presiones recibidas continuó con él.
Se negó a realizar el saludo romano en las competiciones en las que participaba dentro de su país, incluido en las Olimpiadas de Berlín de 1936 y no se enfundo la elástica nacional con la esvástica.
Todas estas afrentas no fueron olvidadas y en 1940 fue detenido por la Gestapo cuando huía a Suiza. Murió día después en los calabozos de la policía secreta. Según la versión oficial, Albert Richter, no aguanto la presión de estar encarcelado y se suicido ahorcándose. Cuando el hermano de Albert pidió ver su cuerpo le ensañaron el cadáver de Albert Richter ensangrentando y con la ropa agujereada por disparos.
Albert Richter perdió su vida por no doblegarse a las imposiciones de los Nazis.
Cuando veo casos como este siempre me viene a la cabeza la misma pregunta ¿Qué habría hecho yo si me hubiera tocado vivir en aquella época? ¿Hubiera sido uno de los millones que miraron a otro lado o habría sido capaz de hacer algo? o aún peor ¿Me hubiera dejado llevar por la atmosfera reinante y me habría convertido en un miembro del NSDAP? En mi fuero interno espero que no, pero es una pregunta recurrente a la que no tengo respuesta válida. No se puede juzgar el pasado conociendo de antemano el resultado final.
9 comentarios:
Estoy seguro que a todos los que os gustan estos temas seriais unos nazis
Tu serias un valiente eh anonimo? XD
Un valiente no sé, pero seguro que no sería un seguidor de Hitler.
Afortunadamente existieron personas que no se dejaron engañar por las promesas del 3er Reich. Lo tenían tan claro que no flaquearon frente a las presiones y su perseverancia les costó, en muchos casos, desgraciadamente la vida. En el libro de Jesús Hernández "El Reich de los mil años" se repasan algunas más y la verdad que son realmente increibles. Aunque desgraciadamente poco pudieron hacer para cambiar las cosas.
Difíciles de contestar las reflexiones de Luís en su post. Mucha gente se daría cuenta de que lo que hacían los dirigentes nazis estaba mal y no obstante miraban a otro lado. Ser un activista se pagaba con la vida. Historias como la de Albert Richter deben perdurar.
Saludos a todos!
La verdad es que es una satisfacción encontrar a alguien que confia tanto en sus convicciones antihitlerianas, enhorabuena Anónimo.
Yo no se que lo que sería, pero hasta el actual Papa, por las presiones, estuvo afiliado a las Juventudes Hitlerianas y no creo que sea sospechoso hoy por hoy por ese hecho. En aquellos aciagos años, gran parte de la población pertenecia al NSDAP y en muchos casos, su afiliación era provocada por la presión ejercida desde el gobierno o la propia sociedad.
Saludos desde el sur.
Cuanto ignorante hay suelto en este mundo...
Un 10 Bressend.
Yo creo que me hubiera largado al extranjero pero si me quedo no sé, igual por quedarme en Alemania y conservar la vida tragaría con todo. Quizá consulte al Sr. Anónimo.
Enhorabuena Mario por tu anterior entrada acerca del oro de Hitler y el wolframio español.
A raiz de ella, he podido descubrir un aspecto interesantísimo en el que he comenzado a "bucear" para ampliar información.
El documental objeto de esta entrada es muy recomendable, si tenéis la oportunidad, no dejéis de verlo. Como bien dices Luis, da que pensar.
¿Qué hubiera hecho yo? No lo sé, pero seguramente hubiera claudicado.
La seguridad de mi familia, la posibilidad de que fueran deportados a campos y en último término, mi vida, habrían pesado más. Ley de supervivencia.
Por eso, admiro a estas personas que como Richter, dijeron: "no".
Un saludo a todos.
Richter, no murio por ello, hasta donde yo supe, fue por tratar de ayudar economicamente a Judios. Yo pienso que tenía mucho que ver con grupos de resistencia, pero no son datos muy esclarecidos
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