martes, 21 de septiembre de 2010

El principio del fin.




La batalla de Stalingrado representa para muchos historiadores un punto de inflexión durante la Segunda Guerra Mundial. Según algunos, Hitler, eligió atacar esta ciudad por su odio a Stalin. Y parece que éste la defendió hasta el límite por esa misma razón.

Al margen de cualquier dato de logística bélica o acontecimiento puramente histórico, en Stalingrado se vivió un drama humano de magnitud incomparable. Los ciento de miles de muertos, las tragedia instalada en cada una de las familias y la escasez de alimentos llevó a rusos y alemanes a practicar el canibalismo con los cadáveres de sus compañeros muertos. También cuentan que hubo brotes de generosidad entre mujeres rusas con soldados alemanes con síntomas de congelación.

Dicen que el militar ruso que venció a los alemanes se llamó general Invierno y aunque es una broma sin gracia, tiene mucho de verdad. La falta de previsión de Hitler en la duración de la llamada Operación Barbarroja hizo mucho más dura la vida en el frente. Durante el cerco, la población se alimentó de lo que pudo, los más afortunados de patatas que guardaban en los sótanos de las casas y el agua se conseguia de los conductos de la calefacción. Pero la mayoría se arrastraba por las calles en ruinas para poder conseguir algo que llevar a la boca.


El ejército alemán perdió su filo antes de lanzarse contra Stalingrado; la gran duda es por qué Hitler se cegó con la idea de poder poner final a la operación antes de que el frío llegara. Resulta difícil señalar un episodio suficientemente representativo de ese gigantesco holocausto que fue la campaña de Rusia y, dentro de ésta, la batalla de Stalingrado porque son tantos y tan abrumadores que tras asistir al sacrificio de los soldados soviéticos, como consecuencia de la ineficacia de la dirección estalinista y de las interferencias sectarias en la conducción de la guerra, tras comprobar los indecibles sufrimientos y la lenta agonía de los soldados alemanes cercados, víctimas de la obcecación criminal y las fantasías delirantes de Hitler, recordamos que Stalingrado no sólo fue un inmenso matadero, sino también, y sobre todo, el principio del fin del nazismo, el comienzo de la promesa de un mundo que, con todas sus imperfecciones, es más habitable y humano que el que nos hubiera legado el triunfo de Hitler.

5 comentarios:

Ludovica dijo...

Leyendo vuestra entrada entiendo que en Stalingrado tuvo lugar la batalla más dura de la Segunda Guerra Mundial o al menos se puede considerar que allí cambió el curso de la guerra. ¿Se puede afirmar esto? El frente del este era muy grande y yo imagino que hubo muchos puntos de inflexión. Eso sin contar con que lo que se arregla en el frente del este se puede deshacer en el frente del oeste o incluso en África o en el Pacífico. Sobre si fue la batalla más dura de la guerra no me atrevería a afirmarlo a la vista de cómo han evolucionado los estudios de la Primera Guerra Mundial. Siempre se dió por sentado que la batala más dura fue la de Verdún. Según se han ido desclasificando documentos se ha sabido que no fue Verdún sino el Somme o incluso Passchendaele.

Mario Tenorio dijo...

Hasta ahora, Ludovica, nadie ha desmentido que Stalingrado fuese la batalla más dura. El hecho de la existencia de factores como el frío, el cerco o la tenacidad por ambos bandos nos hace pensar que así fue. De momento.

La Operación Barbarroja supuso tal desgaste para Alemania que, además de la guinda de Stalingrado, los aliados vieron la luz al final del tunel, a pesar de todo lo que quedaba hasta 1945.

Saludos desde el sur.

Humberto dijo...

Ludovica, sí que es cierto que Stalingrado marcó un punto de inflexión en la invasión de Rusia y por ende, en el desarrollo general de la guerra.

Stalingrado marcó un "antes" y un "después", aunque también es cierto que influyeron otros muchos factores, el hito, la bisagra de los acontecimientos, fue esta batalla.

Creo que no debemos comparar las batallas de los dos conflictos. Sin embargo, idependientemente del número de bajas, cada conflicto tiene sus "batallas-icono".

Stalingrado, Tobruk, Iwo Jima o Montecasino en un conflicto son equiparables, aunque solo sea en el imaginario popular a Tannenberg, Verdún, El Somme o Caporetto en el otro.

Pero solo y exclusiovamente en el imaginario. Históricamente, no podemos comparar unas con otras.

Os recomiendo el libro: "La batalla por Stalingrado" de William Craig y dos películas, una coproducción de varios países: ""Enemigo a las puertas" y otra alemana: "Stalingrado".

Disfrutareis.

Un saludo a todos.

Luis Guerra dijo...

Hola a todos:

Stalingrado, como bien decís, fue una batalla decisiva, pero hay un hecho en el frente ruso que debió ser una de las situaciones más espeluznantes de una guerra; el sitio de Leningrado fue increíblemente sádico. Hay un libro de reciente aparición “el sitio de Leningrado” que narra con crudeza todo lo ocurrido.

Ludovica, tienes razón, la Primera Guerra Mundial fue mucho más atroz de lo que se suele creer. Lo que ocurre es que no es tan estudiada como la Segunda, y eso que esta última es un resultado de la Primera. Los franceses dicen que solo hubo una guerra con veinte años de tregua entre medio.

Humberto, estoy de acuerdo contigo, las batallas no son comparables, todas son horribles. No he leído el libro, pero he visto las dos películas que has nombrado. Muy recomendables

Anónimo dijo...

Difiero mucho en el Post, el problema de Hitler en Stalingrado, fue su retraso por culpa de Italia.. además los soldados alemanes no eran victimas de las fantasias de Hitler, sino que ellos con una gran voluntad, creian que el comunismo era un mal para Europa, por ello odiaban a los judíos (inventores del marxismo) y no solo ellos, sino el mundo de los nacionalismos (por esta razón era un gran ejercito de VOLUNTARIOS)

El mundo del Tercer Reich, es desconocido, incluso para el intelectuloide, era mas habitable que el comunismo, eso nadie lo niega, incluso el mismo Hitler diría (La URSS, tiene una gran extención de espacio para alimentar a todo el mundo, y aún así, sus campesinos mueren de hambre)