viernes, 31 de mayo de 2013

Las penúltimas fotos del búnker de Hitler.


 Siempre es noticiable todo lo que ha rodeado al Tercer Reich. Para un blog como este, el hecho de que aparezcan nuevas fotos relacionadas con el búnker donde Hitler pasó sus últimas horas y que hoy ya es imposible visitar porque se construyeron viviendas sobre la zona en el que está ubicado, aún hacen más interesantes las imágenes.


Hay que decir que el autor de las fotografías es un antiguo conductor de autobuses llamado Robert Conrad y que hoy ejerce a sus cincuenta años como fotógrafo de arquitectura, se introdujo -según el artículo/entrevista de Bild- en el búnker poco antes de que fuera obstaculizado con material de obra donde cimentar las nuevas construcciones. La curiosidad y la fascinación histórica le pudo. Cuenta como pudo ver la habitación donde Hitler se suicidó. También relata que estuvo en el dormitorio donde la esposa de Goebbels envenenó a sus seis hijos.


El búnker quedó en el sector este de la ciudad, es decir, en el lado comunista y su interés le llevó a visitar las ruinas unas treinta veces disfrazado de obrero, arriesgando su libertad ya que estaba prohibida la entrada por las autoridades de la extinta RDA. Conrad hizo las fotos con una cámara Praktika con objetivo de  35 mm y a pesar de las limitaciones técnicas, demuestra talento en la realización.


Durante una de sus visitas clandestinas fue descubierto. La policía le registró el bolso y encontró los carretes. Sorprendentemente, el incidente no pasó de una reprimenda. "No entendieron qué hacía ahí abajo y simplemente me dijeron que dejara de hacer esa tontería", recuerda, pero fue lo suficientemente impactante como para decidir ocultar esas fotos, que hasta hoy no habían sido publicadas.

Conrad insiste en que no le mueve ninguna filia nazi, ni siquiera es cazador de reliquias sino es sólo interés histórico. Además aclara que también subyacía la posibilidad de escapar de la RDA a través de los túneles del búnker. Las fotos fueron hechas entre 1987 y 1988 y las ruinas están protegidas por el Estado alemán  para evitar las excavadoras en un futuro.

lunes, 27 de mayo de 2013

Una histórica sorpresa.




Las nuevas tecnologías tienen sus ventajas y sus desventajas. La globalización puede tener ambas, hay muchas personas a las que no les gustan las redes sociales, ya que pueden ser muy impersonales, y los hay quien no ya no puede vivir sin estar conectado a un ordenador. Yo puedo asegurar que este Blog me ha permitido estar en contacto con personas que comparten mis mismos gustos. Y por suerte en ocasiones se puede poner cara a alguno de ellos y relacionarse a la vieja usanza; cara a cara. El domingo por la mañana he disfrutado de una agradabilísima jornada con uno de los asiduos del Blog, Humberto.

Después de recibir una llamada telefónica me dispuse a acudir a su encuentro. Me preparé y salí a la calle en dirección al punto de encuentro. Entré en el lugar donde creí que habíamos quedado. Ante mi un pabellón de deportes repleto de mesas y sillas en los que varias mujeres   se dedicaban laboriosamente al encaje de bolillos. Comprendí enseguida que me había equivocado de lugar, allí no iba a encontrarme con Humberto. Salí del lugar con rapidez y me dirigí al pabellón de al lado.

El lugar, más pequeño que el de los bolillos, estaba repleto de mesas en las que descansaban los más inusitados objetos. Cerca de la entrada vi un grupo de personas que hablaban entre sí. No era agrupación que pudieran pasar desapercibida. 

Era un espectáculo fuera de lo corriente, ante mí se presentaba un soldado de las Waffen SS con el uniforme de batalla y armado con la mortífera MP 40 charlando amigablemente con  un soldado ruso también perfectamente uniformado y con  una PPSH 41 colgada al cuello. Cuando apenas me había recuperado de la impresión comprobé con estupefacción como un soldado americano de la 82 división aerotransportada provisto con la M1 Garand  se aproximaba con mirada inquisitorial. En otras circunstancias la retirada hubiese sido una decisión sabia pero por fortuna el soldado me dirigió una sonrisa y se presentó. No me había confundido de lugar, se trataba de Humberto.

Humberto pertenece a una asociación que se dedica a las recreaciones históricas, el 82 Airbone Navarra,  y ese día habían  acudido a unas  jornadas de trueque que se realizan cada año en Calahorra. Me presentó a todos los integrantes que habían acudido a la ciudad. Allí estaba yo saludando al soldado de las Waffen SS, al soldado soviético, a un oficial de la 101 aerotransportada, varios miembros de la 82 aerotransportada y hasta a un soldado de la guerra de Vietnam. Y en contra de lo que pudiera parecer no fue una escena Kafkiana, fue un momento emocionante.

Lo que más me llamó la atención fue la exactitud de los trajes y la perfección de las armas, todo cuidado al más mínimo detalle. Después de una amena  e instructiva conversación con Humberto descubrí que el objetivo que ellos perseguían era la perfección, todo tenía que ser lo más realista posible, sin el más mínimo anacronismo. 

Fue una jornada agradable en la que hasta mis niños se dejaron llevar por el embrujo de los soldados y como no, hubo fotos.  
Humberto y un servidor, creo que no hace falta decir quien  es quien.
Como era de imaginar no pude evitar dedicar mi tiempo al miembro de las Waffen SS, e incluso me permití, tras una dura pugna, el lujo de arrebatarle el arma.



El grupo  al completo. Un placer haberlos conocido, gente  amable como pocas.

Lo dicho, disfrute como hacía tiempo. Gracias a un insuperable Humberto y al 82 Airbone Navarra he descubierto un mundo muy interesante al que seguir muy de cerca. Es digno de elogio su espíritu de perfección, sus interés por hacer las cosas bien y su respeto y amor por la historia. Hay un dicho que siguen a rajatabla: Las cosas se hacen bien o no se hacen. Es una filosofía que tendríamos que tener todos como un mantra personal.

viernes, 24 de mayo de 2013

Como el Guadiana al compas de Wagner.


Pues no siempre puedes disponer de tu tiempo y por eso titulo esta entrada aludiendo al conocido río que aparece y desaparece dependiendo del paisaje.  Es el río que nos lleva.

Se acaba de cumplir 200 años del nacimiento de Richard Wagner, personaje carismático, músico impresionante y antisemita a más no poder, según se desprende de sus escritos.

Odiaba a Giacomo Meyerbeer y a Feliz Mendelssohn de forma más clara. Así lo dejó impreso en su ensayo El judaísmo en la música. Texto escrito bajo seudónimo para evitar ser "arrastrado por los judíos a un plano meramente personal", decía.  Wagner parece ser un tipo detestable, envidioso de los éxitos de Meyerbeer, músico al que admiró en un principio y creía que Mendelssonhn era un obstáculo para el desarrollo de la música germana. La razón principal que exponía era el estilo popular del compositor de Hamburgo que chocaba con el conservadurismo de Wagner.

Wagner afirmaba que el ensayo estaba justificada para:

"Explicarnos a nosotros mismos la repelencia involuntaria que sentimos por la naturaleza y la personalidad de los judíos, a fin de reivindicar el instintivo disgusto que claramente reconocemos como más fuerte y más abrumador que nuestro celo consciente para librarnos del mismo"

El ensayo desarrollaba ideas ya planteadas en otro texto anterior llamado La obra del arte futuro,  según las cuales el arte tiene un desarrollo natural dentro del pueblo, siendo imposible de forma individual. Toda actividad artística -dice Wagner- creada por el individuo como parte diferencial de una sociedad no puede ser considerado con tal. No hay arte sin un colectivo o volk. Wagner consideraba que el judío era incapaz de hablar y escribir correctamente las lenguas europeas y por tanto no podía expresar pasión, emoción y otros sentimientos.



Wagner sugiere que el arte alemán esta en una crisis. Termina con un llamamiento a los judíos para que éstos, ayuden a «redimir» la cultura alemana a través del abandono del judaísmo.

La repercusión del ensayo fue muy poca y pronto se olvidó el asunto a falta de los amigos del músico que se sintieron avergonzados. Al margen de la conocida admiración de Hitler por el compositor señalándolo como el precursor del nacionalsocialismo, la música de Wagner merece la pena ser escuchada y no relegada por opiniones políticas de su creador. En 2001 hubo una audición pública del preludio de Tristan e Isolda en Tel Aviv a cargo de Daniel Barenboim, relegando todas las circunstancias históricas del nazismo con Wagner. A pesar del rechazo de la música del compositor alemán por el pueblo judío, ya se está oyendo voces que sugieren un cambio de actitud. La música no tiene ideología y sí belleza en si misma por lo que separar razones históricas y gusto musical es algo totalmente lógico.




lunes, 20 de mayo de 2013

Nazi, el insulto de moda


El Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán fue disuelto y prohibido en 1945. El 30 de Abril de 1945 Adolf Hitler, líder del NSDAP, se suicido en su Bunker  con un disparo en la sien. En Alemania es delito el saludo Nazi, la esvástica está prohibida e incluso nadie osa llama a un hijo suyo Adolf.  Los grupos Neo Nazis están perseguidos en todos los lugares del mundo y en algunos países es delito negar el Holocausto. Se puede decir  que los gobiernos occidentales han hecho todo lo posible para que el Nazismo no regrese. Entonces ¿Por qué en España, un país que no sufrió directamente al Nazismo, los políticos se dedican a usar el apelativo Nazi, cada vez con más asiduidad? Cuando algo no les gusta, le entorpece su camino o les hace recordar que sus actuaciones afectan a unos ciudadanos que empiezan a hartarse de su ineficacia, sale por su boca el calificativo. Sin ambages, sin contarse un pelo, como si no tuvieran responsabilidades, olvidándose de que deben comportarse con cordura, como lo hacen todo, sin pensar demasiado.
No hay una época de la historia más estudiada que la comprendida entre 1933 y 1945. Muchos historiadores han centrados sus  carreras en investigar  el ascenso del partido Nazi y la Segunda Guerra Mundial.

 Las librerías están repletas de libros, se han hecho incontables películas sobre el tema y los documentales son proyectados hasta la saciedad en la televisión. Así que descarto que su comportamiento sea debido a la ignorancia, ¿O quizás sí? Porque sino sus palabras son inexplicable.
Centrémonos en el último caso. La señora Mari Dolores de Cospedal , Presidenta de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha,  secretaria general y número 2 del Partido Popular, llamó Nazis a las personas que se manifiestan delante de los domicilios de los políticos afeando su comportamiento público. ¿A qué se refería la señora Cospedal al denominarlos Nazis?
¿Se refería a caso a las batallas de las SA en los años 20 y principios de los 30 en las calles de Alemania donde se producían innumerables heridos y muertos? O ¿estaba hablando del fallido Putsch de Múnich de 1923 donde hubo un intento de derrocar a un estado democrático por la fuerza?

¿Quizás estaba pensando en la custodia preventiva, que permitía a la Gestapo detener a cualquier persona sin tener que  rendir cuentas ante la justicia? ¿ A lo mejor al ver a todas aquellas personas vociferando e increpándola estaba temiendo en que se organizasen para realizar un pogromo político?
Cuando los que estamos interesados y estudiamos la época del Tercer Reich oímos a “nuestros” representantes llamar a los demás Nazis nos sentimos indignados. Cuiden sus palabras y no  se escuden en el insulto. En vez de insultar deberían preocuparse por arreglar los problemas. No hay que olvidar que el Nazismo alcanzó el poder gracias al descontento de las masas ante unos políticos incapaces que no solucionaban los problemas de un país necesitado. Así que señores políticos,  menos improperios y a trabajar para que no haya ciudadanos tan desesperados que se vean arrojados a protestar ante su puerta. Y por favor, preocúpense por el pueblo al que se deben  y dejen la Alemania Nazi para los historiadores.

lunes, 13 de mayo de 2013

Stalin, el aliado


No se desvela un gran secreto si se tilda al estalinismo como una de las peores lacras de la historia del siglo XX. Josef Stalin fue uno de los dictadores más sangrientos y peligrosos que se han paseado por Europa. En una entrevista de la BBC el historiador Lawrence Rees hace una reflexión sobre el trato benévolo que se brindo al líder comunista.

Él tuvo las manos manchadas con la sangre de millones de personas pero Josef Stalin escapó al juicio que la historia le deparó por ejemplo a Adolf Hitler. ¿Por qué el ex líder soviético se salvó de esta condena? Ésta es la opinión del historiador británico Lawrence Rees.
Hace unos meses, durante una visita a una de las universidades británicas más importantes, vi por casualidad un gran póster desplegado en la pared de una de las residencias de estudiantes. Era de Josef Stalin. 
Tal vez fuera una referencia irónica a algo. Tal vez simplemente estuviera cubriendo una mancha de humedad en la pared. Pero, en cualquier caso, a nadie parecía llamarle la atención.
Imagínese qué pasaría si en lugar de Stalin allí hubiera una imagen de ese otro terrible tirano del siglo XX, Adolf Hitler. Imagínese la lluvia de protestas.

Todo esto es sintomático de lo siguiente: según el juicio de la historia (o al menos según el juicio del individuo británico común y corriente) Stalin parece haber salido más airoso de lo que merecía, y eso que él fue el responsable de la muerte de millones de personas.
Sus sospechas y su paranoia condenaron a la tortura y a la muerte a muchos individuos totalmente inocentes.
Cualquiera que tenga un conocimiento mínimo sobre Stalin sin duda sabrá de su naturaleza monstruosa.
Pero hay una explicación lógica sobre por qué el líder soviético está considerado todavía como una figura no tan oscura como debiera ser. Y es que todavía vivimos, en cierto modo, a la sombra de la información color de rosa sobre la Unión Soviética (URSS) que los aliados occidentales fabricaron como si de salchichas se tratara durante la segunda guerra mundial.

Propaganda aliada
En Gran Bretaña muchos periódicos estaban decididamente a favor de los esfuerzos soviéticos durante la guerra.
Además, el hecho de que el escritor George Orwell no lograra publicar su fábula Rebelión en la Granja, una brillante sátira sobre el estado soviético, es indicativo de que había entonces poco apetito por equilibrar la información con horrores. 

Es más, en Estados Unidos, en la edición de enero de 1943 la revista Time publicó en la portada la imagen de Stalin como "Hombre del año" de 1942.
"1942 fue un año de sangre y fuerza", decía la revista.
"El hombre cuyo nombre significa acero en ruso, cuyas escasas palabras en inglés incluyen la expresión estadounidense "tough guy" (chico duro) fue el hombre de 1942... Los métodos de Stalin fueron duros, pero valieron la pena".

En otro artículo aún más positivo sobre Stalin, publicado en la revista Life en marzo de 1943, se describía a la Unión Soviética como una nación "casi igual que Estados Unidos", con gente que "parece estadounidense, se viste como los estadounidenses y piensa como los estadounidenses".
Además, en él se calificaba a la tristemente célebre policía secreta de Stalin, la NKVD (predecesora de la KGB), como "una policía nacional similar al FBI".

"Una mentira conveniente"
Pero el premio al más grande lavado de cara de Stalin se lo lleva la película de 1943 "Misión a Moscú", de los Warner Brothers, basada en un libro escrito por Joseph Davies, un ex embajador estadounidenses en la URSS.


Tanto en el libro como en la película, se presenta a Stalin como una figura paternal para la Unión Soviética, un hombre gigante responsable de proyectos enormes de industrialización.
Y las purgas estalinistas, en las que sufrieron decenas de miles de inocentes, se pasan por encima como necesidades implícitas para la seguridad del estado.
Más tarde el productor de "Misión a Moscú", Robert Buckner, describiría la película como "una mentira conveniente para fines políticos".
Ya en los años 50 el largometraje fue condenado como propaganda pro soviética, pero durante la guerra fue un material extremadamente influyente.
Y no es que los gobiernos de Reino Unido y Estados Unidos no supieran la verdad sobre el régimen asesino de Stalin.
No sólo sabían ya en 1940 de la brutalidad con que las fuerzas estalinistas se comportaban en los territorios ocupados, sino que además el entonces presidente de EE.UU., Franklin Roosevelt, y el primer ministro británico Winston Churchill llegaron incluso a suprimir la información que denunciaba el hecho de que Stalin y su policía secreta habían orquestado un asesinato masivo: el de la muerte de miles de oficiales polacos en la masacre del bosque de Katyn.

Claro que no es difícil entender por qué los líderes políticos de EE.UU. y Reino Unido sintieron que tenían que dar una imagen positiva de Stalin y de la Unión Soviética.
La realidad era que la URSS era un aliado vital y que occidente necesitaba la ayuda del Ejército Rojo para luchar contra los alemanes.

El problema es que el legado de estas "mentiras convenientes" todavía no nos ha abandonado. Por eso espero que la gente llegue a darse cuenta de cuán atroz Stalin fue, y que los estudiantes se lo piensen dos veces antes de colgar imágenes de él por las paredes.

Fuente: BBC