lunes, 28 de noviembre de 2011

Nuevo libro de Álvaro Lozano: Breve Historia de la Primera Guerra Mundial


Como es sabido por todos los asiduos de este blog la literatura y en especial la relacionada con el Tercer Reich nos apasiona. En esta ocasión tengo la suerte de haber conocido al escritor Álvaro Lozano que conoce en profundidad los entresijos de la Alemania Nazi, ese es precisamente el título de uno de sus libros «La Alemania Nazi (1933-1945)». Si alguien aún no se lo ha leído le recomiendo que corra a hacerse con un ejemplar, no lo lamentará, es un libro donde de forma ágil y amena nos guiará por los entresijos del Tercer Reich y nos hará pensar y ver aquella época desde una óptica nueva.

En esta ocasión Álvaro nos presenta « Breve Historia de la PrimeraGuerra Mundial », un libro sobre otro de los momentos históricos más relevantes del siglo XX, que desembocó veinte años después en la SGM.
A continuación os dejo con la entrevista que ha tenido a bien concederme para todos vosotros.

Álvaro, antes de comenzar la pequeña entrevista me gustaría darte las gracias por tu deferencia hacía este blog.
Muchas gracias a vosotros por la invitación. Encantado de poder participar y enhorabuena por este magnífico blog.

En este mes de noviembre sale a la venta tu nuevo libro “Breve Historia de la Primera Guerra Mundial” ¿Qué has querido trasladar al lector con tu libro?
Esta obra describe para un público amplio la Primera Guerra Mundial o Gran Guerra como la denominaron los que la vivieron, que fue, sin duda, un hito crucial en la historia de Europa. El estallido de un conflicto de tal magnitud produjo desajustes económicos, malestar social y un auge de la militancia ideológica que socavó las bases del liberalismo europeo. Ya antes de 1914 la supremacía de las élites liberales gobernantes estaba amenazada: la modernización económica, la secularización y otros fenómenos relacionados estaban derrumbando y desafiando la política existente. A partir de aquel momento, las élites dominantes se vieron enfrentadas a las incertidumbres de la política popular, la perspectiva a menudo no deseada de una democracia más auténtica y la amenaza del socialismo.
El objetivo de esta obra es servir de introducción amplia al conflicto. La historia militar peca a menudo de estar escrita para historiadores militares o para lectores familiarizados con la jerga militar. Los lectores menos expertos se encuentran perdidos en un laberinto de frentes, salientes, tácticas y campos de fuego. Un sentido amplio de un conflicto se pierde así en un caudal de detalles militares. Esta obra explica la primera guerra mundial de forma que un lego en la materia pueda seguirla, mientras un experto la encuentre atractiva. Se acerca al lector a los orígenes del conflicto, tanto diplomáticos como sociales, como a las nuevas tesis sobre el tema. El lector es posteriormente conducido a través de las grandes batallas, se estudia el marco amplio, pero también el detalle de la vida de los combatientes en las trincheras y de los civiles en la retaguardia.

La Gran Guerra es una contienda sin la que no se puede entender el futuro de Europa. ¿Por qué hay tan poca bibliografía en español sobre ella?
Lógicamente influyen temas históricos evidentes dado que España no intervino militarmente en el conflicto. A pesar de todo, resulta paradójico ya que esa guerra influyó en gran medida en la historia de España. La guerra alteró la historia de España en el momento en el que comenzaba a despegar hacia la modernidad. El resultado fue, además de la crisis de un sistema político, el final de una era. La neutralidad ahorró a los españoles la carnicería del conflicto, pero su impacto ideológico, social y económico aceleró la erosión de los fundamentos del régimen. La mayor parte de los políticos se mostraron partidarios de mantener a España apartada de la guerra pero no pudieron impedir que la guerra llegara a España.
En el campo económico, España experimentó un auge debido a la necesidad de materias primas y manufacturas de los beligerantes. Fue una época de crecimiento económico, aunque para la mayoría supuso un período caracterizado por la escasez de alimentos y la caída de los salarios. La movilización de las fuerzas sociales que habían permanecido hasta entonces políticamente pasivas, contribuyó a socavar las formas existentes de política clientelista, haciendo que las élites gobernantes tuvieran que hacer frente a la política popular y a la amenaza del socialismo.

Una cuestión que siempre llama la atención es la algarabía y entusiasmo con el que se recibió el anunció del estallido de la Guerra ¿A qué crees que fue debido, que impulso a las gentes de la época a casi desear un conflicto armado de tal envergadura?
Los motivos de esa beligerancia se remontaban a cuestiones anteriores a 1914. Era el deseo de emociones, de aventuras, relacionado con la protesta contra una civilización monótona y materialista. El jubilo ante la cicatrización de la sociedad dividida, superando la brecha entre las clases con la unidad nacional y una especie de ánimo apocalíptico que vio en la catástrofe la posibilidad de un renacimiento. En algunos sectores de la sociedad europea surgió la creencia de que tan sólo un cataclismo como la guerra, podría transformar la complacencia de la vida capitalista, en un estado espiritual superior. Era la sensación de que la guerra ofrecía una renovación espiritual gracias a su ruptura con el pasado y al surgimiento de un idealismo desinteresado. En todo caso, el entusiasmo no fue unánime. Los mayores eran mucho menos entusiastas pues recordaban la guerra franco-prusiana de 1870, la guerra de los Boers de 1889 y la guerra ruso-japonesa de 1904. La reacción en las ciudades fue más entusiasta que en el campo donde se temía por la cosecha y por la destrucción que causarían las tropas. Incluso en las ciudades, el entusiasmo inicial no fue universal y no sobreviviría al primer otoño.

Los franceses suelen decir respecto a la Gran Guerra y la Segunda Guerra Mundial que solo hubo una guerra con veinte años de tregua ¿Por qué un conflicto que se creía que iba a acabar con todas las guerras desembocó en la contienda más terrorífica de la historia de la humanidad?
En realidad, como señalo en la obra, la primera guerra mundial finalizó de la peor forma posible. Dado que se intentó preservar al ejército alemán como institución y de que nunca se contó la verdad de lo que había sucedido en episodios como la batalla del Marne, los alemanes negaron siempre haber sido derrotados. Los americanos, por su parte, insistieron en que había sido su victoria y, sin embargo, los aislacionistas republicanos se negaron a ratificar el tratado retirando la presencia norteamericana de Europa. Los franceses insistían en que había sido una victoria exclusivamente suya, mientras los británicos concluyeron que todo el conflicto había sido inútil y criminal. Al final, los Aliados persiguieron objetivos contradictorios, castigar a un enemigo agresivo mientras intentaban aplacarle, sin conseguir ninguno de los dos. El armisticio de 1918 acabó con el conflicto armado, pero en el mundo se planteaba un nuevo tipo de lucha ideológica. Tras su triunfo en Rusia, el comunismo comenzó a expandirse por aquellas poblaciones desesperanzadas por la guerra, iniciándose así el periodo más intenso en actividad revolucionaria que se había vivido en Europa desde 1848.

Este es un blog sobre las historias del Tercer Reich, por lo cual quiero aprovechar la oportunidad de hacerte una pregunta sobre aquella época. En tu libro, altamente recomendable, «La Alemania Nazi (1933-1945)», nos planteas una duda que puede derruir todas las ideas sobre el régimen Nazi, ¿Fue Adolf Hitler un dictador omnipotente o en cambio fue un dictador débil? ¿Has llegado a alguna conclusión?
Me temo que esa cuestión permanecerá abierta, al igual que el debate intencionalista/funcionalista en torno al Holocausto. El progresivo deterioro durante el régimen nazi de la maquinaria gubernamental centralizada alemana, unido al estilo absolutamente antiburocrático del gobierno de Hitler, dejó un enorme vacío en la documentación de la toma de decisiones del gobierno central. La gran cantidad de documentos que dejó tras de sí el Tercer Reich no llegaban, por tanto, hasta Hitler. Resulta casi imposible saber a ciencia cierta que documentos llegaban hasta Hitler, y más aún, si éste los leía. Como dictador Hitler permanece así, en gran parte, inaccesible para el historiador, escondido tras el silencio de las fuentes. Es por eso que resulta imposible eludir los conflictos de interpretación sobre el papel de Hitler en el sistema nazi, conflictos que en base a la evidencia disponible, son irresolubles.
En realidad, la idea de Hitler como dictador omnipotente era muy conveniente tras la guerra ya que el Führer servía de “esponja” para absorber toda la culpa de la barbarie nazi. A medida que se fue profundizando en la investigación del Tercer Reich, se comprobó que esa visión tan conveniente, ni era tan sencilla, ni se ajustaba a la realidad. De hecho, el poder del Führer procedía sólo en parte del propio Hitler. Era en gran parte un producto social, una creación de expectativas sociales y de la motivación que el Führer infundió a sus seguidores. Esto no significa que las acciones del propio Hitler no fuesen relevantes en momentos clave. Pero el peso de su poder ha de verse, sobre todo, no en características o valores específicos de su “personalidad”, sino en su papel como Führer, que sólo podía ser factible con el menosprecio, los errores y la debilidad y la colaboración de otros. Salvo en materia de política exterior (y también matizada ya que influyeron presiones internas como la economía) y la conducción de la guerra, me inclino más por afirmar que, si bien no era un “dictador débil”, desde luego no era el “Gran Hermano” totalitario de Orwell. En las áreas que le interesaban particularmente como la política exterior y el rearme, Hitler fue capaz, al menos a corto plazo, de llevar a cabo en toda su extensión sus políticas personales. Su debilidad se derivaba más de la inestabilidad del régimen que él mismo había creado. El Tercer Reich fue un sistema complejo en el que existieron presiones tanto desde “arriba” como desde “abajo” y, como en el caso de las denuncias y del poder de la Gestapo, se contó con la colaboración activa y pasiva de muchos ciudadanos e instituciones.

De nuevo agradecer tu amabilidad hacía este blog y desearte la mayores de las suertes con tu nuevo libro. Estaremos atentos a tus nuevos proyectos.
Muchas gracias a vosotros. La buena acogida de mi obra “La Alemania Nazi (1933-1945)” es una muestra de que la historia del Tercer Reich sigue siendo de enorme interés. Muy pronto saldrá una obra mía más amplia sobre un tema relacionado en gran medida con el Tercer Reich. Ya lo comentaremos. ¡Un saludo para todos!

Esperamos con ansias nuevas noticias tuyas. Amigos, ya sabéis, ante nosotros se presenta un libro sobre el inicio del mundo tal y como ahora lo conocemos. Ahora lo que nos toca a nosotros es ir a la librería, física o virtual, a comprar el libro.

jueves, 24 de noviembre de 2011

La guerra de todos.


A lo largo de la Historia el Hombre ha encontrado serias dificultades para vivir en paz y ha optado por hacerlo en guerra. ¿Es el ser humano una criatura incapaz de vivir sin conflictos?

Todos tenemos ejemplos de conocidos que no respetan las normas de convivencias, ya sean en la comunidad de propietarios donde habitemos o en la mala utilización de cualquier servicio público de nuestra ciudad. El Hombre es un ser conflictivo para su propia especie, un invasor de los derechos de los otros y un trasgresor de la intimidad ajena.

Cuando Hitler llegó al poder lo hizo con la intención de conducir a su país a una guerra, seguro que algún lector no estará de acuerdo con esta afirmación. Pero lo cierto es que con excusas como la expasión territorial se anexionó varios paises, mostrando una actitud absolutamente belicista. Los múltiples proyectos urbanísticos proyectados durante su gobierno y por consecuencia de mejoras en la vida de los alemanes, se vieron truncados por el ansia de conquista y la obcecación en la idea de que el mundo conspiraba en su contra.

También es cierto que no todos los seres humanos son belicistas, que el común de los mortales no quiere tener problemas con sus vecinos. Esto no impide que se sienta seducido por ideas de otros que sí tienen un alto grado de interés por el dominio ajeno. Las invasiones de nuevos territorios, el saqueo de la propiedad y las múltiples injusticias y muertes acaecidas durante la Segunda Guerra Mundial refleja la capacidad nula de la masa ante una lengua vivaracha y una mente calenturienta que invite al asalto del prójimo por ambición desmedida.

La guerra como factor de defensa ante el Tercer Reich fue un ejemplo de como la cara de una misma moneda puede favorecer en cierta medida algo tan trágico como es un conflicto bélico. Imaginaos que los Aliados no hubiesen tomado la firme determinación de poner pie en pared con el dictador alemán. Ahora puede que nos saludáramos a la romana.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Nuevo libro de Jesús Hernández: Operaciones Secretas de la Segunda Guerra Mundial.


Nuestro escritor de cabecera ha sacado un nuevo libro, y como es costumbre ahí va la entrevista pertinente:


—No vamos a hacerte la manida pregunta de ¿Por qué un libro sobre Operaciones secretas de la Segunda Guerra Mundial? Nuestras preguntas son mucho más profundas e ingeniosas, así que allá va: ¿Por qué un libro sobre Operaciones secretas de la Segunda Guerra Mundial? Hace tiempo que tenía en mente este proyecto y que iba recopilando material, hasta que he considerado que había llegado el momento oportuno para meterme de lleno en él. Aunque resulte sorprendente, en español no hay libros centrados en las operaciones secretas de la SGM. Podemos encontrar referencias a ellas, de forma fragmentada, pero normalmente son tratadas de forma breve, como un complemento a la narración de hechos más relevantes. No se les ha dado entidad propia. Eso es una lástima, porque los relatos de esas operaciones rebosan intriga, suspense, acción; creo que son mejores que muchos guiones cinematográficos. Por lo tanto, me decidí a reunir diecisiete de estas historias para que el lector disfrute conociéndolas y viviéndolas.



— ¿Aún quedan historias de un conflicto tan estudiado que sean desconocidas para el público en general?

Son tantos los acontecimientos sucedidos durante la SGM que aún quedan historias prácticamente desconocidas, no sólo para el gran público, sino para el especializado, y en el futuro se descubrirán más todavía. En el libro el lector encontrará operaciones de las que tendrá un conocimiento somero, y que ahora podrá conocer en detalle, y otras que estoy seguro de que no ha oído hablar nunca. Este es un libro plagado de sorpresas, incluso para el lector especializado.

—Es consabido el secretismo y sobre todo la desinformación que se produce durante una guerra ¿Te ha costado mucho discernir la verdad entre tanta propaganda bélica?

Es muy difícil discernir la verdad, ya que, en una guerra, ésa es la primera víctima. Además, tras la contienda se impuso la versión más conveniente a los intereses de los vencedores. Yo nunca doy por cierto nada, especialmente cuando la cuestión está ligada de algún modo a los servicios secretos británicos. Ellos fueron los auténticos maestros del secretismo y la desinformación, mientras que los alemanes fueron tremendamente ingenuos. En cuanto a mi trabajo de investigación para este libro, he procurado comprobar los hechos según varias fuentes para no caer en ese tipo de trampas, pero a veces has de apostar por una de esas versiones, hay que afrontar ese riesgo.

—Después de tus dos últimos libros monográficos, “El Reich de los mil años” y “El desastre del Hindenburg” ¿Que te ha motivado a volver a un libro del estilo de” Enigmas y Misterios e Historias Asombrosas?

No creo que Operaciones Secretas sea un libro del mismo estilo de los dos títulos que apuntas. Puede serlo en apariencia, pero viene también a llenar un hueco en la bibliografía en español, como sucedió con los dos monográficos, algo de lo que estoy muy orgulloso. En este caso, creo que Operaciones Secretas toma lo mejor de ambos estilos; es un estudio de aspectos de la SGM que no han sido tratados y, por otro, tiene atractivo comercial. Espero que el lector también obtenga esa doble satisfacción; conocer esos hechos y disfrutar de una lectura entretenida.

—Para terminar una pregunta que a muchos de tus seguidores nos asalta. ¿Para cuándo el salto a la novela? Olvida la pregunta, no voy a darte ideas, que hay algunos autores noveles que tienen que sobrevivir y ya es bastante difícil sin tener a un peso pesado acaparando cuota de mercado.

Voy a explicar una anécdota; hace un par de días, mi padre, que ya está leyendo el libro, entró en mi estudio para sugerirme con mucho tacto que lo que tenía que escribir es una novela, ya que estaba disfrutando del libro como si se tratara de una novela de suspense. Me dijo que estaba leyendo el capítulo dedicado a la Operación Diluvio y no podía dejarlo, intrigado por el desenlace… Lo mismo me ha pasado con otro libro, Operación Valkiria, del que se valoró el suspense que supe crear en el lector. Aunque parece que tengo cierta facilidad para narrar historias, escribir una novela no es nada fácil, siento un gran respeto y admiración por los escritores de este género. En el ensayo histórico, cuentas ya con un guión y unos personajes, has de limitarte a desarrollarlos, pero en la novela has de crearlo todo de la nada, y además conseguir que el relato funcione, eso es dificilísimo. Quizás algún día me decida a afrontar ese reto, no lo descarto, pero de momento estoy enfrascado en mi nuevo proyecto del que, con mucho gusto, podemos volver a hablar aquí. Muchas gracias por invitarme a vuestro blog y un saludo para todos mis lectores.




Gracias, Jesús, de nuevo por tu deferencia a este blog. Estaremos, por supuesto a tu disposición para lo que necesites, ya estoy preparando la próxima entrevista para cuando publiques el siguiente libro. Y que no pare….
Ya sabéis amigos del blog, a salir a la librería a comprar el nuevo libro de Jesús Hernández. Operaciones especiales de la Segunda Guerra Mundial promete entretenimiento, intriga y lo que es mejor, nos descubrirá una parte oculta de la Segunda Guerra Mundial. Todo un chollo.

Seguiremos informando...


jueves, 17 de noviembre de 2011

Tiempos de cambios y ruina.

Las elecciones están a sólo unos días y las paredes se cubren de carteles y las calles de actos presenciales donde los políticos intentan hacernos conocer sus intenciones, otras sin embargo quedan soslayadas, vamos, lo de siempre.

La situación de nuestra España, en cifras de paro y ruina me suena mucho a las de la Alemania de 1933. Las ganas de que alguien se haga cargo de nuestros problemas como sociedad sigue siendo un imposible. Hace poco oía que, desde los micrófonos de una radio, un analista político exponía hechos económicos malogrados, siendo su consideración final que nos hallábamos ante una situación prebélica.

Cualquiera que hubiese escuchado semejante expresión, no dejaría de llamar exagerado al hombre de radio que clamaba a los cuatros vientos que nos ibamos por el sumidero de la Europa económica.

Esto me hizo recordar que cuando Hitler llegó al poder, también Alemania se encontraba en una situación límite, que pudo mediante un plan de inversión pública y el resucitamiento de la industria Alemana por la reconversión de ésta para afrontar una vinculación total al objetivo armamentístico del país. Era una situación lejana a ésta porque no existe ningún Hitler y la revancha bélica no procede.

En Alemania, las cifras de paro se redujeron por mor de los kilómetros de autopistas construidas y la fuerza perdida y recuperada por la derrota en la Primera Guerra Mundial. Hasta aquí la parte optimista del régimen nazi.


Pero Hitler y sus secuaces llegaron al poder por unas elecciones que le dieron más de trece millones de votos y teniendo un millón de militantes, además de cuatrocientos mil SA y SS. Se trazó una nueva estrategia, la de conseguir el poder y no luchar contra éste. Su cautivante oratoria, su discurso nacionalista prometía la vuelta a lo que fue el antiguo imperio Alemán , previo a la derrota bélica de 1918, mejores condiciones de vida para millones de desocupados, restaurar la gloria del ejército alemán, desarticulado por las potencias triunfantes en la primera guerra, tenía buena acogida en un gran número de alemanes que sobrevivían a duras penas, dad la crisis económica del año 30 y de las sanciones de esa índole que había impuesto a Alemania las potencias vencedoras de la contienda de 1914.

A pesar de sus manipulaciones, las bajas en su partido se sucedían y Hitler entendió que había que hacer algo para conseguir el ansiado poder. Alemania empezaba a salir tímidamente de la crisis y era el momento que el partido nazi se uniera a esas olas de optimismo para orillar en buena playa.

Entonces, acordó con von Papen que intercediera ante el anciano Hindenburg para que Hitler fuera nombrado canciller a cambio de que el mismo von Papen fuera vicecanciller.

Von Papen tenía acceso directo al enfermo von Hindeburg y empezó a maniobrar para que cediera a sus deseos. Pero Papen no tenía buena imagen de Hitler y lo insultaba hablando despectivamente de su inteligencia y capacidad de gestión.

El Canciller Kurt von Schleicher, militar, enfrentado con Papen, veía con buenos ojos la llegada de Hitler a la Cancillería, pero no aceptaba el nombramiento de Papen como vicecanciller. Quería para él ese puesto y desde allí poder controlar a Hitler.

El ejército, pieza clave en esta maniobra política tenebrosa y llena de cinismo, no era ajeno a esta jugada donde se pretendía dar el poder de Alemania a un fanático brutal, sin tener en cuenta la opinión de la ciudadanía. También ellos, los viejos generales del Estado Mayor, creían con ingenuidad poder manejar a su antojo a Adolf Hitler. Este les había prometido que de llegar al poder, iba a restaurar las viejas glorias del ejército Alemán. Y muchos oficiales jóvenes le creyeron.

El General Von Hammerstein, comandante en jefe del ejército, compartía la postura de Papen sobre el nombramiento de Hitler como Canciller; por otra parte, dio el visto bueno para que el general Von Blomberg -delegado en Suiza por la Conferencia de Desarme- fuera nombrado ministro de defensa en el nuevo gabinete. Lentamente, en los cruciales días de enero de 1933, se estaba decidiendo el futuro de Alemania por parte de un grupo reservado de hombres con una miopía política tal, que no imaginaban el monstruo que estaban engendrando.

Pero relajémonos viendo un video en el que mismísimo Hitler expone lo que piensa que pasará en España tras la elecciones del 20N. Unas risas a costa de política ficción... ¿o no?

lunes, 14 de noviembre de 2011

La intrahistoria de Auschwitz I

En enero de 2007, el Archivo del Museo Conmemorativo del Holocausto de los Estados Unidos recibió una donación de un álbum fotográfico. La inscripción en la primera pagina "Auschwitz 21.6.1944" señaló la rareza del álbum -- existen muy pocas fotografías tomadas durante la guerra del complejo de campos de Auschwitz, que incluía Auschwitz-Birkenau, el centro de exterminio nazi más grande. Aunque su nombre no aparece en ninguna parte del álbum, las fechas de las fotos y varias decoraciones incluyendo cuerdas de ayudante sobre el uniforme del dueño del álbum, indican que el álbum casi ciertamente era de y fue creado por SS-Obersturmführer Karl Höcker, el ayudante del comandante de Auschwitz, SS-Sturmbannführer Richard Baer. Höcker fue asignado a Auschwitz de mayo de 1944 hasta la evacuación del campo en enero de 1945.
Las fotografías muestran a Höcker con otros oficiales de las SS en Auschwitz durante el verano y otoño de 1944 y nos dan un nuevo entendimiento de sus vidas y actividades dentro del campo. Aun en los últimos meses de la guerra, después que las tropas soviéticas habían liberado campos de concentración y de trabajos forzados al este, los oficiales de las SS apostados en Auschwitz disfrutaban de funciones sociales y ceremonias formales. El álbum muestra Auschwitz durante un periodo crucial -- el periodo durante la cual las cámaras de gas funcionaban a máxima capacidad -- mientras los judíos húngaros llegaban y durante los últimos meses antes de la evacuación del campo. El único otro álbum conocido de fotografías tomadas en Auschwitz, publicado como el "álbum de Auschwitz" (la primera publicación en 1980), muestra específicamente la llegada de los judíos húngaros y el proceso de selección que las SS impusieron sobre ellos.
En diciembre de 2006, un teniente coronel retirado del ejército estadounidense y ex miembro del cuerpo de contrainteligencia (CIC) escribió al archivo del Museo Conmemorativo del Holocausto de los Estados Unidos. Como uno de sus varias tareas como agencia de inteligencia militar, el CIC condujo investigaciones de perpetradores nazis para los fiscales de los Estados Unidos en la oficina del fiscal militar general después de la Segunda Guerra Mundial. Mientras estaba prestando servicios en Alemania en 1946, este oficial había encontrado un álbum fotográfico en un departamento abandonado en Frankfurt y lo había llevado a su casa. Ahora viejo, estaba listo para donarlo al museo, pero quería que su donación quedara anónima.
Karl Höcker, el oficial de las SS dueño del álbum, está en casi todas las páginas de fotografías, pero raramente aparece en documentos históricos. Sin embargo era el ayudante al comandante del complejo de Auschwitz durante algunos de los meses más asesinos de la existencia del campo. Quien era? Como llegó a Auschwitz? Que hizo ahí?

Karl Höcker nació en Engershausen, Alemania, en diciembre de 1911, y era el menor de seis hijos. Su padre, un obrero de la construcción, murió en la Primera Guerra Mundial, y su madre luchó para mantener a su familia. Höcker, que trabajaba de cajero de un banco en Lubbecke, se alistó en las SS en 1933 y se afilió al partido nazi en 1937. Se casó en 1937, tuvo una hija en 1939, y en octubre de 1944, tuvo un hijo. Al estallar la guerra, Höcker fue asignado al campo de concentración de Neuengamme y pasó la guerra entera administrando varios campos de concentración. En 1943, era el ayudante del comandante de Lublin-Majdanek.
Cuando el SS-Sturmbannführer Richard Baer fue nombrado comandante de Auschwitz en mayo de 1944, Höcker también fue reasignado al campo, de nuevo en el puesto de ayudante. Antes de que fuese ejecutado por crímenes de guerra, Rudolf Höss, el comandante más famoso de Auschwitz, describió el papel del ayudante en sus memorias:
[El ayudante] es el primer asistente del Kommandant. Debe asegurar que ningún evento importante en el campo quede desconocido al Kommandant. El ayudante es el superior de todos los suboficiales y la tropa del personal del Kommandant… El oficial de día y el comandante de la primera guardia reportan al ayudante, le presentan sus informes de trabajo y los firman… fuente: Rudolf Höss. Death Dealer: The Memoirs of the SS Kommandant at Auschwitz. (New York: De Capo Press, 1996).
Höcker se permaneció en Auschwitz hasta su evacuación, y después se fue con Baer en enero de 1945 cuando Baer asumió control de Dora-Mittelbau. Höcker huyó antes de que los Aliados liberaran el campo. Las tropas británicas lo capturaron cerca de Hamburgo en posesión de la identidad de un soldado de combate. Sin una descripción precisa de él, las autoridades británicas liberaron a Höcker en 1946 después de solamente 18 meses de encarcelación en un campo de prisioneros de guerra. Hasta que fiscales de la Alemania occidental empezaron a buscarlo como consecuencia del juicio de Eichmann, nadie lo fue a buscar. Resumió su vida en Engerhausen con su esposa y dos hijos. Se había entregado por un procedimiento de de-nazificación en 1952 pero no cumplió ninguna condena. Empezó a hacer jardinería en su tiempo libre y era jefe cajero del banco regional en Lubbecke. Aunque perdió su trabajo cuando fue acusado en 1963 durante los procedimientos de Auschwitz en Frankfurt de 1963-1965, fue contratado de vuelta en 1970 después de su liberación

Fuente: Enciclopedia del holocausto

jueves, 10 de noviembre de 2011

Apuntes sobre el neonazismo.

Aunque llevo unas semanas bastante liado con mis ocupaciones, he podido seguir con mi compromiso de publicar todos los jueves algunas líneas sobre temas o asuntos relacionados con el Tercer Reich. La entrada de hoy es más corta de lo habitual y por eso incompleta, puede que sea ampliada en un futuro.

No pretendo pontificar sobre el neonazismo, sino únicamente exponer algunas datos que he ido encontrando por la red sobre esta cuestión y que puede ser, así lo espero, de interés.

El neonazismo se entiende como el movimiento surgido tras la caida del Tercer Reich y que desembocó en apoyos mantenidos al régimen caido a lo largo de las primeras décadas. Dicen que su promotor principal fue el oficial de las SS Karl Heinz Priester, un antiguo mandatario de las Juventudes Hitlerianas.

Durante los años 50 se intentó darle internacionalizar el movimiento y hubo una reunión en Wiesbaden de más 800 organizaciones provenientes de todo el planeta, con la idea de sentar unas bases. Priester murió más tarde y la cosa no fue a más.

Actualmente los grupos neonazis utilizan símbolos como la esvásticas, la runas, la cruz celta y otros pertenecientes a los Africaners y al Ku Klux Klan.

Curiosamente, a pesar del control sobre el nazismo en Alemania, existen algunas organizaciones políticas con clara vinculación al neonazismo, siendo éstas de muy poca trascendencia social. La más famosa es el Partido Nacional Democrático (NPD). Uno no puede sino sorprenderse al leer detenidamente las siglas de este partido porque diría que por su poco impacto en la Alemania de ahora más que un "partido" son una partida, "nacional" , sinceramente no creo que lo sea y "democrático" es cuando ya me entra la risa.

Hace pocos años a la prensa le dio por magnificar el poder del neonazismo en la sociedad actual y le dieron cancha con documentales y reportajes. Hoy se ha dejado de oír tantas cosas respecto al movimiento. A lo mejor es que crece tras el silencio, quien sabe.

En Sajonia cuentan -según leo- con 124 diputados y tienen 9 representantes parlamentarios. No es de extrañar ya que nosotros tenemos a los amigos de la ETA en ciento y pico de ayuntamientos en nuestro país.

El peligro de que todo vuelva a empezar está bastante lejos y la leyes germanas se ocupan y preocupan de que nada se salga de madre. Un país que cambió el mundo, como fue el caso de Alemania, siempre tiene que estar vigilante en asuntos como éste.

Espero -como decía al principio- poder profundizar un poco más en otra ocasión. Mientras tanto, me enriqueceré con vuestros comentarios. Seguro que serán muy atinados.

lunes, 7 de noviembre de 2011

El Gran dictador, discurso

Sin duda el Gran dictador es una de las más grandes películas del cine. Es un film hilarante donde se ridiculiza al fascismo con gran inteligencia. En España, gracias a la censura, se estreno en la década de los 70. Eso es una muestra de las verdades expuestas en la película. Os dejo con la transcripción del discurso final.


Realmente lo siento, pero no aspiro a ser emperador. Eso no es para mí. No pretendo regentar, ni conquistar nada de nada. Me gustaría ayudar en lo posible a cristianos y judíos, negros y blancos. Todos tenemos el deseo de ayudarnos mutuamente. La gente civilizada es así. Queremos vivir de nuestra dicha mutua...no de nuestra mutua desdicha. No queremos despreciarnos y odiarnos mutuamente.
En este mundo hay sitio para todos. Y la buena tierra es rica y puede garantizar la subsistencia de todos. El camino de la vida puede ser libre y magnífico, pero hemos perdido ese camino. La voracidad ha envenenado el alma de los hombres, ha rodeado el mundo con un círculo de odio y nos ha hecho entrar marcando el paso de la oca en la miseria y en la sangre. Hemos mejorado la velocidad pero somos esclavos de ella. La mecanización que trae consigo la abundancia nos ha alejado del deseo. Nuestra ciencia nos ha vuelto cínicos. Nuestra inteligencia duros y brutales. Pensamos en exceso y no sentimos bastante. Tenemos más necesidad de espíritu humanitario que de mecanización. Necesitamos más la amabilidad y la cortesía que la inteligencia. Sin estas cualidades la vida solo puede ser violenta y todo estará perdido. La aviación y la radio nos han acercado los unos a los otros. La naturaleza misma de estos inventos requería la bondad del hombre y reclamaba una fraternidad universal para la unión de todos.
En este momento mi voz llega a miles de seres esparcidos por el mundo. A aquellos que puedan comprenderle les digo: no desesperéis, la desgracia que ha caído sobre nosotros no es más que el resultado de un apetito feroz, de la amargura de unos hombres que temen el camino del progreso humano. El odio de los hombres pasará y los dictadores perecerán, y el poder que han usurpado al pueblo volverá al pueblo. ¡Y mientras existan hombres que sepan morir, la libertad no podrá perecer! Soldados, no os entreguéis a esos brutos...hombres que os desprecian y os tratan como esclavos, hombres que regimientan vuestras vidas, imponen vuestros actos, vuestros pensamientos y vuestros sentimientos; que os amaestran, os hacen ayunar, os tratan como ganado y ¡os utilizan como carne de cañón!.No os pongáis en manos de esos hombres contra natura, de esos hombres-máquina con corazones de máquina. ¡Vosotros no sois máquinas!¡Vosotros no sois ganado!¡Vosotros sois hombres!¡Vosotros lleváis el amor de la humanidad en vuestros corazones! No odiéis. Sólo los que no son amados odian. Los que no son amados y los anormales....Soldados, ¡no combatáis por la esclavitud! Combatid por la libertad.
En el capítulo 17 del evangelio según San Lucas está escrito: "El reino de Dios está en el hombre mismo". No en un solo hombre, ni en un grupo de hombres, ¡en todos los hombres! Y ¡vosotros! Vosotros, el pueblo tenéis el poder para crear máquinas. El poder para crear la felicidad. Vosotros el pueblo tenéis el poder para crear esa vida libre y espléndida...para hacer de esa vida una radiante aventura. Entonces, en nombre de la democracia, utilicemos ese poder...¡unámonos todos! Luchemos por un nuevo mundo, un mundo limpio que ofrezca a todos la posibilidad de trabajar, que de a la juventud un porvenir y resguarde a los ancianos de la necesidad, prometiendo estas cosas gente ambiciosa se ha hecho con el poder, pero ¡han mentido! No han mantenido sus promesas, ¡ni las mantendrán jamás! Los dictadores se han liberado pero han domesticado al pueblo. Combatamos ahora para que se cumpla esa promesa. Combatamos por un mundo equilibrado...un mundo de ciencia en el que el Progreso lleve a todos a la felicidad. ¡Soldados! en nombre de la democracia, ¡unámonos!

jueves, 3 de noviembre de 2011

Arte, estética y nazismo.

Nadie pone en duda que los avances tecnológicos durante el Tercer Reich fueron buenos y muchos de ellos aprovechados por la generaciones posteriores. Los estudios sobre los cohetes V1 y V2 fueron cruciales para la industria armamentística de los años 50 y 60.

En el caso del arte no se piensa de igual forma. El arte es un resumen de valores de una época y por tanto, no se encuentran a muchos defensores del arte nazi. Tiene su sentido en la sociedad de la imagen y la hipocresía en la que vivimos. El arte nazi no puede ser “positivo” según los postulados vigentes. Mi opinión es que el arte es siempre positivo, es decir, bueno ya que si fuera malo no sería arte. El arte como estética nazi se ha juzgado como infantil y monumentalista, falto de argumento estético. Desde el punto de vista nacionalsocialista los pilares que han sustentado la consideración de artistas del régimen o no tienen orígenes claros y definidos.

El arquitecto Paul Shultze colocaba, en su libro Arte y Raza, junto a pinturas Matisse o Picasso, fotos de personas deformes por la enfermedad reflejando en su intención el hecho de que un ser que se conduce “hacia la perfección” se puede ver abocado a destinos “indignos”. El arte nazi buscaba un ideal de perfección hacia la eternidad.

Para lograr la instauración de este ideal entre la población, no utilizaron estrategias educativas a largo plazo sino propaganda, impregnación e imposición.

Algunas de estas imágenes de propaganda en la consecución de una sociedad que busca el ideal han llegado hasta nosotros. Un ejemplo tangible es el Volkswagen Escarabajo.


El socialista Harold Laski se preguntaba si el régimen nazi no era sino una caricatura del resto de los países europeos. En 1936, el filósofo alemán Martin Heidegger daba una conferencia titulada "Origen de la obra de arte", en la que decía: "El origen de la obra de arte, esto es, también el origen de los creadores y cuidadores, la existencia histórica de un pueblo, es el arte. Esto es así porque el arte es en su esencia un origen: un modo destacado de cómo la verdad llega al ser, de cómo se torna histórica". Parecer ser que Hitler asumió los argumentos estéticos de Heidegger o quizá respiró los aires de aquellos tiempos. Eran ideas que compartían fascistas y anarquistas e incluso algunos monárquicos. Las chimeneas de la fábricas eran tan festejados como las catedrales, siendo los primeros símbolos de poder y avance de una sociedad que había permanecido oprimida por sus propios errores.

El Movimiento Moderno se sumergió en un discurso redentor y se autodefinió como una vía de liberación de las masas, a través de la estetización de los productos industriales de consumo y de la dignificación de la vivienda para el pueblo, que recién a principios del siglo XX comenzó a ser percibida por los arquitectos como símbolo digno de su atención, el nazismo empleó un lenguaje esteticista y una llamada al genio para definir tanto al pueblo como a su genio creador, Hitler. Una locura que quizá hoy es difícil de comprender pero que tuvo su sentido en la Alemania del Tercer Reich.

Adolf Hitler era dibujado para la propaganda como un herrero que forja una espada, como un escultor que trabaja la materia que ha de constituir al Nuevo Hombre, otras veces era un caballero con armadura al frente de legiones. Se adueñó de la cruz gamada y la convirtió en la imagen de su partido político. El símbolo ha trascendido hasta perder para el gran público su antiguo origen hindú. Contrató al fotógrafo Heinrich Hoffmann que se dedicó a inmortalizarlo en diferentes actitudes haciendo miles y miles de fotografías para la posteridad, cooperando a crear una imagen de mesías del pueblo alemán. Leni Riefenstahl colaboró con el régimen en el mismo sentido que Hoffmann, documentado algunos actos principales del partido en sus famosas películas.

La letra gótica, de uso común en los libros impresos alemanes, fue adoptada por el régimen, que la utilizaba en todos sus documentos. Se organizaban concursos de caligrafía con el lema: "La escritura alemana es una parte del pueblo alemán". En 1941, el secretario de Hitler, Martin Bormann, ordenaba que se cambiara toda la tipografía de los documentos alemanes a letras romanas, ya que se descubrió que la letra gótica era una tipografía judía en su origen.